domingo, marzo 08, 2009

Resulta que hace 3 años el Festival de Cine de Mar del Plata todavía se hacía durante el mes de Marzo. Y también resulta que yo me tomé un tren con Bar y Flor porque podíamos tomarnos unos días, Flor venía a ver a su novio y nos prestaban un departamento.
A las 48 horas de haber llegado, yo me escapaba de la fiesta de cierre en el Hermitage porque había visto al Innombrable yéndose del lugar con otra chica. Al día siguiente mandé a Flor a que le dejara una carta en el hotel. (Me acuerdo de dos frases de esa carta. "Sos un egoísta que cree que el mundo es una extensión de sus brazos y nunca tenés en cuenta que existe un otro" y "Y al final, sólo me vas a recordar porque hago ricos guisos de lentejas). Después nos dedicamos a comer postres Balcarce y fumar sin parar para paliar la angustia.
Y dije que nunca más iba a volver a esta ciudad que sólo me trae recuerdos horribles.
Tuve que comerme el nunca más, porque quería ver a mi papá, y él quería verme a mí. Y si no venía, no nos íbamos a ver las caras hasta semana santa.
Entonces, me subí al micro, dormí durante todo el viaje y me desperté cuando faltaban 15 minutos para llegar. Me estaban esperando mi mamá y mi hermana en la estación. Caminamos un par de cuadras y ahí estaba, imponente, el Hermitage. Me subió la angustia a la garganta (o tal vez bajó, quién sabe dónde se aloja la angustia) y casi que me pongo a llorar, pero no.
Los postres Balcarce siguen siendo un excelente medio para olvidarse de todo.