lunes, abril 16, 2007

Primero, que me costó darme cuenta.
Segundo, que lo tuve que pasar por el filtro de lo racional y, por suerte, aprobó mi test tan neurótico como inútil.
Tercero, que traté de boicotearlo un poco, para ver si resistía.
Cuarto, que necesité del empuje de los amigos para hacerme entender que no me quedaba otra más que hacerlo.
Quinto, que pensé 35 veces "bueno, cuento hasta tres y que salga lo que salga" ... "uno... dos... ... tres... soy una cobarde".
Sexto, que mientras le daba un beso aproveché para decirle "te quiero".

Y yo sé que capaz la gente se dice esas cosas y lo toma más a la liviana. Pero a mí, señores, me cuesta un huevo. No querer, eh! Para querer soy más fácil que la tabla del 1. Para decir. Diciendo soy de lo más vueltera y tímida.
Así que eso, lo quiero.

Es un hecho, el blog se me fue al carajo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pero es un buen carajo :)

Julia Elena dijo...

Es un muy buen carajo..

Y es preferible mil veces una persona que le cuesta decirlo a la que lo dice y no lo siente..

Además.. De las últimas está repleto el mundo.. Pero de las que son como vos y yo.. Quedamos pocos.. Nos cuesta.. pero no lo decimos si no lo snetimos.. Somos SINCEROS.. Y eso es lo que vale para mi.. Eso busco en un hombre..*