miércoles, abril 04, 2007

Todavía no entiendo cómo es esto de relacionarse, de decir lo correcto, de no incomodar al otro.
Había empezado bien, con esa típica charla de sobrecama sobre las fantasías donde una va tanteando para qué lado le pinta la faceta perversa al muchacho de turno. Claro que con él estoy hace un poco más de 3 meses y ya debería saber cómo viene la mano, pero qué sé yo, nunca se sabe. Tal vez se despachan con un: "la próxima me gustaría cubrir tu cuerpo con cera caliente" o alguno de esos pedidos disfrazados de deseo inalcanzable que no estoy dispuesta a realizar.
Y siempre la arruino. Cómo terminé analizando mi corta pero intensa época de obsesión por los tríos, detallando que mi única oportunidad (y vale aclarar, nunca consumada) fue con ese vínculo que duró un tiempo bastante largo (vínculo que, por cierto, él tuvo el honor de conocer hace un par de semanas)? Cómo me las ingenio para matar por completo los climas? Cómo???
Y él pone cara de buenito y es condescendiente. Y sólo atina a tratar de sonar politicamente correcto. Porque claro, estamos en la cama de su madre y hay una cruz en la cabecera.

3 comentarios:

Elemental dijo...

Perdón, pero una pregunta:
¿¿¿¿¿¿¿¿¿la cama de la madre???????

Cel dijo...

elemental:
Ehm... sí... la madre no estaba... colchón cómodo... Ahora que lo pienso, es todo muy Montaña Rusa.
Que me parta un rayo.

Living Dead dijo...

Pregunta importante:

El tercer vértice del triángulo, ¿macho o hembra?