viernes, diciembre 21, 2007

Me parece que me gusta un chico. Así, todo furtivo, susurrándolo, bien bajito, no sea cosa que me escuche. En realidad es algo que se veía venir. Tuve la prudencia de ir dosificando todo el deseo a lo largo de los años para no despertarme un día agarrándome la cabeza y diciendo "¿en qué me metí?". O sea, sí, estoy metida lo mismo, pero fue más conciente, menos arrebatado. Esta vez, decido meterme en la boca del lobo (y juro que tipée "loco" en vez de "lobo", es en estos momentos donde reivindico la teoría del psicoanálisis).
Era tan, pero TAN, obvio. De hecho, sé cuál fue el momento exacto que determinó todo esto (es que me encanta la idea de poder agarrar una momento, un escena, y convertirla en causa de todas las consecuencias). Estábamos muy cansados, él tenía apoyada su cabeza en mi regazo y yo le acariciaba el pelo, que esa época estaba más largo. Y de repente (no tan de repente en realidad, nos habíamos acordado de Charlie Kaufman y Adaptation) me estaba diciendo que a veces sentía que nadie iba a poder quererlo, nunca. Después de eso, el silencio. Me resultó increíble, se convirtió en humano, porque hasta ese momento era una especie de semidios que se llevaba el mundo por delante sin importarle nada. Y ahí supe que no me iba a poder despegar facilmente, que iba a surgir mi necesidad de protegerlo y de hacerle sentir que lo que creía era absurdo. De eso hasta ahora pasó más de un año y medio.
Sí, a veces tengo ganas de estrangularlo, le pido coherencia a gritos y me saca de quicio que se asuste (y que de hecho lo diga: "me das miedo a veces") cada vez que tengo una demostración de aprecio, pero me gusta todo el resto. Me gusta porque oscila entre la apatía absoluta con respecto al resto del universo y un delirio místico que lo lleva a buscarle el sentido a todo. Y podría hacer una lista inmensa que incluya todas las cosas que me gustan de él, pero tengo que ser sincera, me gusta basicamente, porque siempre parece que se va a ir, que se me va a escapar. Lo loco es que no, se queda, a su manera; y a mi manera le hago entender que quiero que se quede.
Alguna vez lo llamé "un regalo del cielo en forma de rubio pisando los treinta". Tecnicamente, la definición ya no le queda, hace rato dejó de pisar los treinta. Y "regalo del cielo" es una expresión de lo más chota. Sólo le queda lo rubio entonces. Y no, no es Mr Blonde.

jueves, diciembre 20, 2007

Ya pasé por varios psicólogos y psicólogas. A los once años mi mamá me llevó a uno y ahí empezó mi travesía. Ese primero que me escuchaba llorar durante 40 minutos non-stop. La que llegaba siempre tarde, no decía ni mú, y me daba 30 minutos míseros de sesión. La que se vestía mal y decía que la culpa de todo la tenía mi madre-castradora-omnipotente-pedante-arrogante-reencarnación de Medusa. Y otros.
La primera sesión es rara. Se supone que uno va y cuenta por qué es que está ahí sentado. Yo siempre, la noche anterior a esa primera entrevista, pienso qué es lo que le voy a decir, trato de ordenar todas las variables en juego para poder enunciar algo coherente y no una suma de frases sin hilo conector mezclada con sollozos y quejas. Está claro que todo ese speech que me hago antes de dormir NUNCA coincide con lo que le termino diciendo al otro día.
Hoy, por ejemplo, tuve mi primer encuentro con el tal Martín, que sí, es un tipo atractivo, pero muy alejado de mi tipo gracias a dios. Yo tenía todo más o menos pensado. Mi ego grande y gordo hace que tenga que "quedar bien" todo el tiempo, como si fuese a una entrevista de trabajo, como si el analista tuviese que aceptarme como paciente y que para eso yo tuviera que venderme como patología con patas; entonces, en vez de un "me encantaría trabajar acá porque lo veo como desafío y una oportunidad de crecimiento en mi carrera, sarasa" una se tiene que presentar con un "lo que pasa es que hay un conflicto enorme entre lo que soy, lo que quiero ser y lo que pienso que debería ser". Un tremendo pelotudo, mi ego. Por suerte, el tipo me hizo un par de preguntas muy acertadas y terminé hablando de mi madre, qué predecible soy, eh.
Salí de la consulta llorando, y no me pregunten por qué, porque no lo sé. Supongo que fue el hecho de escucharme decir un montón de cosas bastante feas que tenía archivadas y que no me animaba a poner en palabras. Pero para cuando llegué al trabajo me sentía muchísimo mejor.
Le tengo fe al Martín este. Y ya me aseguró que no piensa mudarse a ningún lugar.

lunes, diciembre 17, 2007

El viernes en la fiesta del laburo vino un chico que trabaja del otro lado de la parecita (las filas se dividen por finas paredes que hacen que uno escuche todo lo que hable el que esté del otro lado) y me dijo que le daba miedo, que lo intimidaba. Supuestamente, porque no quiero a nadie o algo parecido, cosa totalmente absurda. Se nota que no está de MI lado de la pared, donde todos saben que sí, que a veces le pido a mi mamá por favor que se calle, algunas "reto" a mis amigas y que otras le corto a mi abuela, pero que en el fondo (y a veces no tan en el fondo) los quiero a todos y me cago de risa toda la tarde. El asunto es que, evidentemente, MI lado de la pared es un espacio que sólo veo yo, está en mi cabeza, como casi todo el resto de las cosas que creo que son reales.
Entonces, ayer, mientras tomábamos fernet, Mr Blonde me hacía entender lo agresiva que soy. Me gusta cuando yo me pongo al extremo de la vulnerabilidad y él demuestra su punto y yo quiero que se calle la boca de una buena vez porque no para de tirarme verdades y él sigue hablando y hablando hasta que digo algo como "bueno, basta"; después se va y yo quedo liviana liviana.
Así me levanté, liviana liviana. Y llamé al que va a ser mi analista, Martín. La voz de este hombre es inquietantemente sensual y a mí me da la impresión de que yo soy la típica subnormal que se enamora del analista de toque. Con el anterior no pasó porque era muy petiso, pero muy, eh; más petiso que yo, y eso ya es mucho decir.
A Martín me lo imagino como a Mike Patton.
Es que me crié con Andrea del Boca y Cris Morena, es inevitable.

viernes, diciembre 14, 2007

Por suerte, hoy la plata que el banco me había debitado por error ya estaba en mi cuenta. Pude, finalmente, poner mi parte del alquiler.
OCA me va traer la nueva tarjeta de débito el martes a la mañana. El asunto me tenía preocupada, supuestamente cobro el sábado que viene y sin tarjeta de débito y sin ventanilla de banco para retirar plata... con qué compraba los regalos de Navidá?
Hoy a la noche es la fiesta del trabajo. Una parte de mí quiere no ir para quedarse en casa comiendo Cofler Block; la otra parte dice que me calle la boca y vaya, que al final siempre la paso bien en esos eventos. Ok, por esta vez le doy la razón a "la otra parte".
Cuando venía en el colectivo me puse a llorar desconsoladamente. En la última página de Memorias de una joven formal, el libro que estaba leyendo, (y ojo que acá viene un spoiler, eh) a Simone de Beauvoir se le muere la mejor amiga. Un chino que se bajó conmigo en Barrancas de Belgrano me miraba de reojo mientras yo me trataba de secar las lágrimas por debajo de los vidrios de los lentes de sol. Después me puse a escuchar The Shins y se me pasó la tristeza.

Y se me fue el enojo con el mundo.

miércoles, diciembre 12, 2007

Mi tío me enchufó una caja de ahorro a los 18 años porque necesitaba alguien que le hiciera trámites bancarios y transacciones y blah. Ya desde ese momento le empecé a tomar asquito al plástico ese que vale por un poco o mucha o muchísima plata pero que no deja de ser un cacho de plástico que se despinta a los pocos meses. Después vinieron los trabajos en blanco, con aportes jubilatorios, obra social (sí, vas a tener que ir a osecac con este papel y dentro de 30 días podés empezar a usar el servicio) y de vuelta la tarjetita. La primera estuvo buena, porque el banco tenía descuento en el cine entonces fueron los meses esos en los que cada jueves me fijaba qué se había estrenado y me veía todo, absolutamente todo. Después cambié de trabajo y con eso, de banco, el mismo que me tocó ahora. No tiene descuentos copados, los del call center son más ineptos que los de Movistar (y eso ya es mucho) la página nunca anda bien y me encajaron una cuenta corriente sin mi autorización.
Hace una semana llamé para cancelar el servicio de débito de pago de la tarjeta de crédito. Fui y pagué el resumen en la ventanilla, tengo mi sellito y todo. Ayer fui a sacar plata por caja (porque soy la pelotuda que se olvidó de que había dejado la tarjeta en el armario del laburo y cuando no la encontró en su cartera, llamó a Banelco para suspenderla) y resulta que tenía mucha menos plata de la que debería tener. Qué pasó? Que Visa no sólo recibió mi pago en efectivo, en vivo y en directo, sino que no registró mi pedido de que me cancelaran el debito de pagos y metió mano en mi cuenta para sacarme lo que no correspondía. Ahora no tengo plata para pagar el alquiler ni para nada porque tengo que esperar "entre 24 y 72 horas" hasta que los subnormales estos corrijan su error.
Odio tener estos problemas de "joven adulta".
El resto de mis problemas son una junta de infantilismos sin sentido.
Y parece que conseguí nuevo analista. Transferencia, hacia ti voy.

lunes, diciembre 10, 2007

Debo andar rara o algo porque ya van tres personas que me preguntaron si estaba enojada (con ellas). Podría hacer ahora un despliegue de dramatismo y decir "pero cómo es esto? si no me la paso hablando pelotudeces y preguntando cómo anda todo el mundo quiere decir que estoy enojada?". Pero no, porque puede que tengan algo de razón. Digo, no por el enojo, no podría llamarlo "enojo", pero está claro que me vengo comportando medio raro, sin ganas de hablar. Y aparte, no es con todo el mundo, todavía no encuentro un patrón que me expliqué por qué con algunos soy como siempre y con otros me muestro distante, arisca.
Así que eso, no estoy para nadie. Me exaspera mantener una charla de más de 20 minutos, quiero silencio, silencio absoluto. A lo sumo, hablar conmigo misma, me encantan las charlas (casi siempre en voz alta) que tengo conmigo misma.
Ayer llegué a casa a las 8 de la noche y no había nadie, qué felicidad cuando llego y no hay nadie. Estuve leyendo un buen rato, me preparé una sopa. Estuve escribiendo, dibujando, llorando un poco, mirando fotos. A las once y media me fui para la terraza y como estaba cansada de tipear y escribir, grabé unas cosas que andá a saber si algún día voy a mandar (una confesión/soliloquio), bajé todo a la compu y de repente, el horror, mientras me escuchaba hablar me di cuenta de algo terrible. Hablo parecido a Sofía Gala.
Mi vida no será la misma a partir de ahora.

viernes, diciembre 07, 2007

Me acabo de acordar de que el día que me fui de la casa de mis viejos, con lo puesto y 5 pesos en el bolsillo, mi abuela me dijo que cuando mi mamá estaba embarazada de mí, había considerado seriamente entregarme en adopción. Odié a mi madre durante meses y meses. La puteé en la cara, por teléfono, con la mente. Le dije cosas horribles y ella me acusó de vaga, de vividora, de cínica, de manipuladora, de insensible.
Eso fue hace más de 3 años. Hace más o menos 2 que no nos peleamos. Nada, ni una levantada de voz, ni una discusión livianita. Nada de nada. De hecho, llegué al punto de contarle todo, y de realmente escuchar su opinión. Eso es raro.
Hace un rato me llamó llorando, acusando a mi hermana de hueca, de vividora, de cómoda, de colgada, de vaga.
Creo que a mi hermana le llegó la hora de irse.

Ah... otra cosa.
Tacho, extraño sus comentarios, así que por lo menos déjeme un "hola". No sea ingrato.

jueves, diciembre 06, 2007

Es un hecho. Se nota que empiezo a querer (o que al menos empiezo a tomarle un poco de respeto al vículo) a un chico cuando lo empiezo a llamar por su nombre y deja de ser: el nerd, el físico, el policía, el fóbico, el profesor de, el pendejito, el publicista, el médico, el grandote, o lo que sea que haga o sea que lo caracterice.

lunes, diciembre 03, 2007

Faaa, 300 posts. Una cosa de locos.

Por otro lado, volví a salir. Dejé de salir los fines de semana hace más o menos un año, calculo que porque empecé a salir con Tomás y basicamente nos dedicábamos a siestear, cojer y comer, todo puertas adentro. Después me dejó (Cómo goza una parte de mí cuando digo "me dejó". Qué pelotuda) era invierno y ni daba para salir, era mejor quedarme en casa con un tinto y una peli, ni hablar. No sé cómo pero ahora voy a bailar y tomo mucho fernet y bailo desaforada y todas esas cosas que me había olvidado que me gustaban tanto.

Ah, el tema del celibato, como era obvio, no cuajó. De hecho, no daba para postearlo al día siguiente, mi falta de palabra me sorprende cada día. De todos modos, sigo teniendo intenciones de poner a prueba mi voluntad, el asunto es que debería atacar la raíz del problema. Para ser célibe, debería volverme abstemia.

viernes, noviembre 30, 2007

Estoy enamorada de Seymour Glass.
Obvio, era obvio que de todos los Glass me iba a gustar el ex niño precoz, más precoz que el resto de sus hermanos. El que tenía frio en los pies cuando no dormía. El hombre que se suicidó en Florida, el que escribía haikus sobre Yates. El que no quería hacer psicoanálisis. Pero por sobre todas las cosas, el que casi deja plantada a su prometida el día de su boda.
O capaz que me enamoré de J. D. Salinger, todavía no sé.
¿Por qué no escribió más?

jueves, noviembre 29, 2007

I can’t take this, Carrie thinks, waking up one morning. She lies there, watching Mr. Big until he open his eyes. Instead of kissing her, he gets up to go to the bathroom. That’s it, she thinks.
When he comes back to bed, she says “Listen, I’ve been thinking”.
“Yeah?” says Mr. Big.
“If you’re not totally in love with me and crazy about me, and if you don’t think I’m the most beautiful woman you’ve ever seen in your life, then I think I should leave”.
“Uh huh” says Mr. Big.
“Really, it’s no problem”.
“Okay” Mr. Big says, somewhat cautiously.
“Soooooo… is that what you want?”
“Is it what you want?” says Mr. Big.
“No, not really. But I do want to be with someone who’s in love with me” says Carrie.
“Well, I just can’t make any guarantees right now. But if I were you, I’d hang around. See what happens.”
Carrie lies back against the pillows. It’s Sunday. It would be sort of a drag to have to go. What would she do the rest of the day?
“Okay” she says, “but just for now. I don’t have forever, you know. I’m probably going to die soon. Like in fifteen years or something.” She lights up a cigarette.
“Okay” says Mr. Big. “But in the meantime, could you make some coffee? Please?”


La que no se haya sentido Carrie en algún momento, que arroje la primera piedra.

miércoles, noviembre 28, 2007

Juro que en el momento en el que se me ocurrió tenía todo el sentido del mundo.
Ahora ya no importa, sólo quiero ver si se puede.
Me autoimpongo un período indefinido de celibato.

Por cómo viene la racha, no lo veo muy complicado.

martes, noviembre 27, 2007

El domingo a la noche salí a comprar una Coca Cola al kiosco con mi amiga Sol. Estábamos en la esquina de Güemes y Bulnes esperando para cruzar cuando pasó un camión con un montón de gente encima y nos tiraron una naranja. A mí me salpicó nada más. A ella le pegó casi en el ojo y se le hizo un raspón al costado del tabique.

Mientras yo me angustiaba por vivir en una ciudad, en un mundo, en el que pasan estas cosas, en el que la violencia se proyecta de las formas más sorpresivas (me acordé de la vez que le tiraron una piedra a flor, de los vecinos que la madrugada del sábado nos tiraron un par de huevos por el ruido de la fiesta que estábamos haciendo) Sol resumía la situación MUY a su manera: "Lo que pasa es que cuando una está bien, luminosa -porque yo sé que soy luminosa- te pasan estas cosas, te tiran fruta". Eso y tener que escucharla durante 3 horas reprocharse por qué salió a la calle sin lentes de contacto, sabiendo que cuando está tan desprotegida pasan cosas espantosas, lo que sea que eso signifique.

Hace un ratito Dedé me dijo que había hecho un dibujo de mí con cara de horror, otro de un camión y uno más de una toronja volando.

lunes, noviembre 26, 2007

Hace un par de años escuchaba voces antes de quedarme dormida. Una amiga me decía que le contara a la psicóloga de turno porque eso de las voces era re esquizoide, claro que era mi amiga que venía de familia con tremendo historial de psicosis y ante cualquier alteración de cualquier conducta veía potenciales aberraciones de la mente. Así que nunca le conté a esa psicóloga que veía en ese momento lo de las voces. Capaz me daba un poco de miedo eso de la esquizofrenia.

Entonces, ¿qué me decían las voces? La verdad es que mucho mucho no me acuerdo, salvo una vez, fue una voz de hombre que me dijo que uno vive las mismas situaciones una y otra vez. Como si este momento de escribir este mismo post mientras escucho música en el laburo ya hubiese sucedido, como si los deja vu no fuesen sólo un cortocircuito cerebral. También me decía que me quedara tranquila, que uno tenía infinitas oportunidades, siempre.

Me acordé de todo el asunto éste ayer a la noche, en la casa de Dedé, mientras hablábamos de viajes astrales, sueños lúcidos y revoluciones solares. Hay algo en el cuarto de Dedé que te lleva, obliga, a pensar en esas cosas.

Y digo ahora, es una cualquierada considerar que cada momento se repite infinitamente. La voz esa no tenía nada de sabia, solamente me estaba recordando lo cíclico, la neurosis de la repetición, el "no puedo creer que me esté pasando lo mismo". Y sí, probablemente sea cierto que oportunidades sobran (el "probablemente" es producto de mi dramatismo actual, sé, con seguridad, que oportunidades existen siempre) pero tengo la sensación de que el goce de verme una y otra vez en las mismas situaciones es más fuerte que el deseo de probar pasturas más verdes. No sé, o capaz no hay goce en la repetición de momentos ni pasturas más verdes y yo obtengo placer de esta masturbación mental constante.

La cuestión es que estoy angustiadísima. Ayer, cuando terminamos de ver Garden State con Nat(creo que voy por la décima vez, Zach Braff me puede y no quiero comentarios al respecto) me agarró un ataque de llanto desconsolado que nos sorprendió a las dos. Primero porque hasta hace un rato atrás habíamos estado riéndonos del mundo y de nosotras. Segundo porque me había dedicado especialmente a no caer en ese estado patético de drama queen incomprendida, de convocada de la infelicidad, de sentirme la más fea del mundo, pero fea no como Betty la fea que tiene la fealdad de máscara, sentirme fea sin remedio. Y cuando lloro porque me siento así pego una especie de gritos que a mí me suenan muy desgarradores pero seguro que al otro le causan mucha gracia, y también digo muy bajito "nopuedomásnopuedomás" mientras pienso que soy el ser más infeliz sobre la faz del planeta, porque lo pienso, no lo siento.
Tal vez ahí esté la raíz del problema: cuando alguien me dice "¿qué sentís?" yo contesto "yo pienso que...". O tal vez todo sea culpa de la gente que nunca me dijo "No, Cel, no estudies psicología".

viernes, noviembre 23, 2007

En el aire...
5 días hábiles de vacaciones y no hice nada, nada de nada. Tampoco es que se pueda hacer algo, o sí, no sé. No hablo de tejerme una chalina, bañar a la perra, hacer manualidades con goma eva, tener un viaje astral, caminar por la costanera ni escribir poemas. Es como si los últimos 7 días no hubiesen existido. Y sí, festejé en familia y con amigos la llegada de los 25 y fue genial. Y también dormí en exceso y pasé tiempo con amigas. Me puse al día con un par de libros y miré muchos capítulos de Heroes.
Igual, es como si no estuviese. No pienso, ni siento.
Cuando vuelva a la tierra, les chiflo.

martes, noviembre 20, 2007

Y entonces no puedo hacer nada porque se supone que no debería tomar decisiones importantes dentro de los 56 días previos a mi cumpleaños.
Y si nunca le hice caso a esa regla astrológica y siempre, siempre siempre siempre, me fue pésimo, bueno, tal vez sea hora de cambiar el modo de operar. Quién sabe.
Así que me quedo pancha hasta el 22 a las 00.01, cuando seguramente toda esta intensidad, fuerza y energía que siento que DEBO apuntar y disparar hacia ESE blanco, se esfume.

Ah, y resulta que me vengo a dar cuenta de que mi analista tenía razón TODO el tiempo. Y yo que pensaba que la tenía tan clara y que era él el que no podía llegar a entenderme nunca. Claro, yo que soy tan especial, única e incomprensible.
Pelotuda.

martes, noviembre 13, 2007

El taxista no sabía cómo llegar a la dirección que yo le había dado. Yo tampoco. Fuimos por toda Rivadavia preguntando dónde era que quedaba esa calle y nadie la conocía. Ya al 10.000 un grupo de pibes nos dio las indicaciones. El tipo tuvo que girar en U, la calle era de doble mano, para dejarme en la puerta. Quince pesos, cuando mi capital era de diecisiete.
Él me esperaba asomándose por la puertita. Cuando le vi bien la cara no pude más que recordar lo mucho que me gustaba en su momento. Me saludó con un abrazo cortito y me hizo pasar. Caminé por ese pasillo largo, tratando de acordarme de la última vez que me había llevado ahí, más de dos años atrás.
Me senté sobre la mesa y me quedaron las piernas colgando y la pollera subida por encima de la mitad de los muslos. Él acercó una banqueta alta, la puso enfrente de mí y se prendió un cigarrillo mientras enumeraba todos los cambios que iba notando. El pelo más largo, sin lentes, maquillaje que me hacía los ojos más grandes, ahora fumaba Camel, ya no tenía cara de nenita, las uñas un poco más largas, las piernas más descubiertas, la mirada más segura y la espalda más derecha.
Parecía que el tiempo sin vernos le había afectado raro. Bastante menos ego y mucho misticismo. Me contó de Castaneda, de su viaje a México, de la merca en exceso y sus consecuencias, del horóscopo Maya, de los chamanes, la sincronicidad, la sincronización, y de su psicóloga. Me hizo hablar del tarot, de la astrología, de Jung, del I Ching, de las líneas de la mano y del color de las auras. Me dijo que yo estaba entre azul y violeta. Estaba clarísimo para los dos que él era azul casi eléctrico.
Agarró mi mano y se impulsó para que las rueditas de la banqueta giraran hasta la mesa, hasta mis piernas. Me miró los ojos, no “a los ojos”, la boca y me apretó la nuca. Mientras me recuperaba del primer beso, que me había dejado sin aire, me dijo despacito al oído “vos antes no eras así”.
Me cogió y lo cogí, mucho, mucho tiempo. Sobre la mesa, en la silla, en el piso. A veces parábamos y ahí sí que nos mirábamos a los ojos, después decía alguna barrabasada que me hacía largar una carcajada.
A las 3 de la mañana empezó a hacer frío, así que nos vestimos y seguimos hablando. De películas, de libros, de Charlie Kaufman, del milagro de P. Tinto, de Will Ferrell, de Kevin Smith, de bombachas, de novias paraguayas, del karma y de la tristeza crónica.
Cogimos de vuelta, ya mucho más relajados y distendidos. Haciendo personajes, hablando, riendo.
Le pedí que me llamara un taxi y mientras lo esperaba, de vuelta yo en la mesa, con las piernas colgando y él en la banqueta, apoyó su cabeza sobre mi regazo y le acaricié ese pelo finito, suave y con olor riquísimo que tiene. Cuando el taxista tocó el timbre me acompañó hasta la puerta. Me acorraló contra una pared y me dio un beso muy largo, mientras me pellizcaba el culo con una mano y me acariciaba la cabeza con la otra. Salí a la calle atontada, con una sonrisa de oreja a oreja.A las dos cuadras de haberme subido al coche, tuve que hacer volver al chofer. Toqué el timbre, me abrió la puerta y le pedí quince pesos para poder pagar el viaje de vuelta.

lunes, noviembre 12, 2007

Yo tenía una musculosa rayada, verde y blanca, y unos jeans muy viejos. Cuando todavía usaba jeans. Caminamos por una avenida que nunca sé cómo se llama, ancha, que de noche siempre está demasiado iluminada.
Nos metimos en un bar con esas mesas para cuatro, contra la pared, que en vez de sillas tienen silloncitos. Como de dinner yanqui. Y hablamos, siempre fuimos de hablarnos mucho. A veces sólo veía cómo movía la boca, cómo su barba iba formando diferentes figuras, cómo los dedos inquietos rompían la etiqueta de la botella de cerveza. Y él hablaba y hablaba y se reía y gesticulaba y movía las cejas. Y yo le miraba la boca, la boca y la barba, la barba y los ojos y no lo escuchaba, no podía.
El bar nos cerró y de vuelta en la avenida. Mientras cruzábamos las vías se me rompió el botón del jean, que además de viejo tenía el cierre falseado. Andaba yo por la avenida sosteniéndome la cintura del pantalón porque si no me quedaba en bolas. Mientras, él hablaba.
Llegamos a la parada de mi colectivo y me apoyé sobre el caño del cartel con el número, que estaba frío. Creo que era Octubre y hacía mucho calor. Lo frío del caño contra mi brazo y un pedazo de mi mejilla me hacía sentir escalofríos. Claro que él seguía hablando. Y yo le miraba el pelo, el cuello de la remera, las manos moviéndose, sustentando visualmente todo lo que decía y yo no podía escuchar por estar tan concentrada en su boca, su barba, sus pelos revueltos y sus ojos que a veces le sonríen.
Y de repente, se largó a llover, me desconcentré de su cara y lo escuché. Me decía que se sentía como en una primera cita. Esa incertidumbre, no saber cuándo dar el primer beso. Le toqué el pecho con la mano y dije alguna estupidez mientras me reía y se me hacía un nudo en la panza. Me besó y me llevó debajo del techo de un kiosco para protegernos de la lluvia.

jueves, noviembre 08, 2007

"Déjenme de joder, tu hermanito de 15 años está de novio y seguro garcha más que nosotras tres juntas, vos tenés a un pibe re bueno que te llama todos los días porque quiere verte y supuestamente vos lo re querés pero lo pateás y lo pateás como si no te interesara verlo. Voy por la calle y andan todos a los arrumacos y te juro que ya me estoy hartando de andar viendo tanto cariño, tanto cariño, y que a mí nadie me quiera agarrar la mano. No me pongas esa cara, lo de la mano es simbólico, vos sabés a qué voy. Fulano que me dice "y cuándo me vas a cocinar?" y qué soy yo, la puta madre? Tu mucama? Cocino cuando tengo ganas de cocinar, no cuando vos no tenés dónde caerte muerto y te sale más barato venir a mi casa que comprarte un choripán en la costanera. El otro boludo de Mengano se la pasa en Mendoza una semana, llamando todas las noches para tener sexo por teléfono y mandarme fotos por celular y cuando llega el sábado, se saca, se saca y se saca y quiere que nos encontremos a las 4 de la mañana. Quiere que yo me vaya del cumpleaños en el que la estoy pasando bien para tomarme un taxi hasta mi casa. Está chiflado? No puede esperar unnnn día acaso? Y después me dice que nunca me hago un tiempo para él, que siempre tengo algo mejor que hacer. Odio que me reclame cosas que no corresponden, como si yo no estuviese disponible para él... Vamos, un sábado a las 4 de la mañana? No me jodas. Y lo peor es que ahora se da el lujo de ofenderse. Harrrta me tienen, harrrrta. Qué? Ahora qué hice? No me mires así, boluda. Sí, ya sé, me los busco así a propósito, blah. Callate, no me digas nada."

Decía mientras agitaba el tenedor con lechuga con furia.
A veces pinta el discurso cliché de insatisfecha crónica.

lunes, noviembre 05, 2007

Hoy me acordé de que pasado mañana es el cumpleaños de Tomás (AKA Muchacho). Como no estoy segura de desearle un feliz cumpleaños, decidí ni llamar, ni mensajear, ni mailear por la ocasión y quedarme en el molde. Bueno, esta decisión también es fácil de tomar porque estoy más que segura de que el muy evasivo no me respondería en el caso de un mandarle un sms o un mail, y ni que hablar de llamarlo por teléfono, es obvio que haría despliegue de su más famoso acto: "ah, es Celeste, entonces no atiendo nada, lo dejo sonar". Y por último, vamos, si lo llamo/mensajeo/maileo es porque tengo todavía esperanzas de tener un revolcón de despedida y ya hace rato he dejado de pensar en eso, no por falta de ganas, sino por falta de feedback.
Bueno, me acordé de eso y después pensé "7 de noviembre... qué onda el 7 de noviembre?". Y ahí vino a la memoria este post.
Me alegró el día saber que las cosas cambiaron tan radicalmente.
Si mi analista siguiera viviendo en Buenos Aires, en la sesión del siguiente jueves le contaría lo sorprendida que estoy de creer y sentir que tengo una buena vida.

viernes, noviembre 02, 2007

"No, no está loca, Celeste es hormonal. Hor-mo-nal"

"Bueno, vos decís que no tenés ninguna pasión pero yo te veo como a una mina super apasionada con todo lo que hace, lo que dice..."

"Sos re curiosa, siempre con esos libritos de andá a saber qué en la cartera"

Que qué caracter de mierda que tengo, que parece que hago lo que quiero hacer y tengo cerca a las personas que quiero tener cerca, que me tomo todo con demasiado humor, que soy muy puta, que soy muy buena, que no quiero a nadie, que no rompa más las pelotas, que, ay, soy lo más, que me vaya a cagar.

Es una de esas épocas en las que no me encuentro ni un poco en la mirada del otro.
Todavía no decidí si está bueno o no.

En otro orden de cosas, hay un pibito laburando acá (22, 23 años como mucho) que me está fichando, o no sé si soy yo la que lo está fichando a él. No importa, lo miro cuando hace que no me ve y me mira cuando hago que no lo veo.
Estoy rezándole a la virgen para que me conceda un viaje en ascensor los dos solos. O no, mejor que nos crucemos en el cajero del subsuelo, eso quiero. El se da vuelta para salir después de retirar su dinero y se choca conmigo que estoy apoyada sobre el marco de la puerta, me pide perdón y yo lo miro desde abajo con cara de perrita y le digo "no, todo bien". El aprovecha para pispearme el escote porque claro, mide como 2 metros y tiene full visual access. En cuestión de segundos estamos cogiendo desaforadamente sobre la botonera y la pantalla que sigue pidiendo que se introduzca la tarjeta.
Qué lindo sería tener un amante en la oficina.
Qué calenturienta que ando ultimamente.
Es el Sol en Escorpio.

jueves, noviembre 01, 2007

Ayer Nat tenía fiebre así que nos instalamos en la cama de Flor para charlar sobre futuros proyectos, mirar libros y tirar ideas para salvarnos de la ruina.
Después vimos Sex & the City, ella con sus 39 grados y yo con un cansancio espantoso que me subía en forma de dolor por la piernas hasta instalarse en la zona lumbar. En un momento, Charlotte dice que una nunca conoce a las personas con las que se está acostando y Carrie, o su voz en off, afirma que la tarada esta a veces puede decir cosas muy zen. Ya me estoy hartando feo de Carrie Bradshaw y su grupete. Me pasa como con Amelie, si me limito a lo entretenido que veo en la pantalla, está todo bien, pero (ay) si me pongo a pensar en la idea de mujer que estos personajes representan, me angustio feo. Pero la cuestión es que Charlotte tenía un poco de razón, o no.
De repente, flashback a la mañana de ayer. Y flashback a la madrugada que precedió a la mañana de ayer. Y este pibe que conozco desde hace más 4 años y sigue siendo un interrogante. Se sabe en qué trabaja, con quién vive, qué películas se baja, con qué películas llora, qué cantante lo emociona, qué cosas lo hacen reír, qué le gustaría hacer en el caso de liberarse de ese trabajo siniestro que tiene y cuál es su lugar preferido en el mundo. Y aún así, sigue siendo impenetrable, tan hermético. O capaz es mi percepción amoldada, condicionada por lo predecible y la tibieza de sus anteriores y posteriores, que me hace saltar de perturbación cada vez que se me sale de mi estructura tan neura y tan prolija.
Él me agradece, muy sutilmente, la paciencia para soportar sus fluctuaciones, las ganas y predisposición para seguirle el juego.
Yo le agradezco, tácitamente, su capacidad de hacerme creer que todavía somos un misterio absoluto a los ojos del otro.

De cómo ver Sex & the City te hace hilar un montón de pensamientos y terminás dándote cuenta de todo lo que querés a alguien.
Ese habría sido el título de este post.

martes, octubre 30, 2007

Hace un par de días soñé que iba a un nuevo psicoanalista. Se parecía a uno de Grey's Anatomy, no me acuerdo el nombre del personaje, pero no era el de Patrick Dempsey, una pena. Tenía puestos unos joggins grises y un sweater marrón, la cristalización del malgusto... Aunque por otro lado tenía un algo medio sexy, un halo de "ya estoy de vuelta" más que atractivo.
Tenía el consultorio en un aula de la sede de Independencia de la facultad de Psicología y cuando terminaba de dar clases, hacía pasar a los pacientes, que en vez de recostarse en un diván, tenían que sentarse en esas sillas con mesita tan incómodas.
El tipo me recibía con un abrazo de oso y tengo que reconocer que hacía poner muy incómoda, incómoda de revuelto en el estómago, incómoda de "ay, me gusta". Me ofrecía un vaso con agua amarronada y me hacía tomar asiento. Yo le contaba de mi relación con Tomás (sí, Muchacho se llamaba Tomás) como si hubiéramos cortado recientemente y tengo la sensación de que tenía unas ideas muy acertadas y esclarecedoras acerca de cómo me manejo con los hombres, pero claro, justo de esa parte no me acuerdo nada de nada, represión, que le dicen.
Al final de la sesión, me daba una pastillita con un dibujito de una carita sonriente y me decía "bueno, mientras te tomes esto, vas a ver que nada te va a importar demasiado".
Caminaba más o menos 3 cuadras con la pastillita en la mano, tratando de decidir si tomarla o no. Paraba en un kiosco, compraba un agua Ser mandarina naranja y me tragaba el smiley.

Mucho mejor fue el sueño del viernes a la noche. Yo podía ver el futuro y Mr Eko leía los pensamientos. Mientras le hacía masajes en esa espalda enorme y viril que tenía, le decía chanchadas con la mente.

viernes, octubre 26, 2007

Por una vez en la vida, estoy contenta de estar soltera -compuesta y sin novio, porque tengo mis razoooones-.
Bueno, "por una vez en la vida" es un tanto exagerado, sí. Calculo que esta debe ser la novena o por ahí.
El punto es que todas las mujeres que conozco andan quejándose. Del novio, del marido, del chongo, del amante, de estar sola. Queja, mucha queja.
Yo me tiro en la cama, duermo siestas, leo libros, miro películas, charlo con las roomates, cocino fideos, como galletitas, dibujo, tomo fernet con coca, me tiro las cartas, miro por la ventana, sueño con los angelitos, barro mi cuarto, compro leche en los chinos, mojo vainillas en la leche que compré en los chinos, fumo cigarrillos en la terraza, pongo el despertador, me rio con Will Ferrell, llamo por teléfono a mi madre, le cobro la jubilación a mi abuela, pago el Gas.
Y en ningún ningún ningún momento me siento sola, o con ganas de quejarme por estar sola. Sola de soltera, eso.
Nice.

lunes, octubre 22, 2007

Es que a mí no me gusta tanto Soda Stereo, me da lo mismo, sinceramente.
Entonces el Viernes cené con Dedé, Sol y un señor que la tenía clara en muchas cosas y me abrió un canal en la cabeza. Me enculé por la lluvia indecisa y cancelé mi ida a Tigre para quedarme en cama ajena la mitad del sábado, jugando a que me cogía Mr Eko y tratando de desneurotizar los diálogos. Cancelé una cena en casa a último momento y me escapé a lo de Dedé para ver Sex & the city y comer pizza de Güimpy hasta que me angustié (es que eran justo esos capítulos en los que Carrie le mete los cuernos a Aidan, la muy turra) y me fui a la compu a ordenar la casilla de mails del laburo, chatear con los trasnochadores y recibir noticias prometedoras de LlaveInglesa que, después de un "che, mejor dejemos esto en standby, ando muy medicado" hace un par de semanas, me sacaron la primera sonrisa de la madrugada . Tipo cuatro de la mañana nos fumamos un resto de porro y terminamos cantando Britney a los gritos y armando un proyecto musical con Sol. El Domingo, Día de la Madre, así que el 92 me llevó hasta Plaza Francia, y charlé y comí empanadas con mi mami, que entre bocado y bocado se mandaba un par de tragos de un licor fuertísimo que le había regalado un amigo. A las 6 de la tarde salí corriendo para casa, mi querida casa, después de tres días de dormir por ahí... Y qué lindo cuando llego a casa y no hay nadie, y entro y están las luces apagadas y me siento un ratito en el patio para fumarme un pucho mirando el cielo que cada vez se va poniendo más oscuro. Y qué feo cuando tengo que bañarme, ordenar el cuarto, cambiar las sábanas, encontrar una bombacha decente y retocarme la cara, todo en media hora. Porque, claro, en el momento en el que llama, tan espontáneo él, y tira un "hola, nenita, qué te parece si en una hora estoy en tu casa y te recompenso por todo lo que te hago esperar?" me agarra un escalofrío que me recorre, rápido, la espalda y me empiezo a calentar en ese mismo instante. Pero después, cuando sólo dispongo de 25 minutos para ponerme presentable y me miro en el espejo y los granitos, las ojeras, los rulos rebeldes, el corpiño que me queda incómodo y soy fea y blah, me quiero matar.
La visita de médico (cuando le dije eso, me puso una cara de orto tremenda, qué cosa esto de la gente de entender lo que se le canta. Visita de médico por lo rápida, bolas, no porque andes medicado) me dejó lista para una siestita y unas hamburguesas buenísimas, con queso, cebolla saltada y barbacoa, mirando Knocked up.
A veces, la vida me sonríe. De costado, pero me sonríe.

viernes, octubre 19, 2007

Mr Blonde dice:
ojalá hubiera un número para llamar y quejarse: "sí, que tal, te llamo de córdoba 5900, me mandaste el ego con mucho narcisismo"

Cel dice:
estaría reee bueno
pero viste cómo son los que te atienden en los call centers "sí, disculpe, hubo un error en el sistema, lamentablemente no podemos hacer nada por usted en este momento. Le enviaremos una mermelada de naranja a modo de compensación. Gracias por llamar"

MB dice:
"hola, habla mengana dellorto, en qué lo puedo ayudar?"
"sí, te llamo de guardia vieja al 3000, esteeee... no me anda el compañero"
"ah... pero usté lo pidió con erección plena?"
"no sé, yo compré el standard"
"espere un instante que lo voy a chequear en el sistema."
tiruriruriruriruriruriruriruriruriru...
"sí, efectivamente, acá me sale que usted no está abonando por el servicio de erección."

Cel dice:
jajajaaaaaaa

MB dice:
"usted tiene cubierto el servicio de orina nada más, eso es con el abono que usted está pagando"

Cel dice:
ay, no, pobrecito!!!!!

MB dice:
"ajá, y el abono siguiente trae el servicio de erección?"
"a ver... sí, efectivamente, el bonus track plus tiene el servicio."
"bueno, me quiero pasar al bonus nosequé"
"correcto... ahora si me da el número de cliente, el número de solicitud, el número de factura y el número de documento, lo pongo en el sistema y en 72 horas ya le tendría que estar funcionando."
"72 horas?????"
"sí, efectivamente"
"pero yo estoy con mi mujer acá ahora, no en 72 horas!!!"
"mire, yo le expliqué como funciona el sistema, más no lo puedo ayudar."
"y bueh... gracias."
"gracias por llamar al servicio de pene, que tenga un buen día"
-click-

Cel dice:
"y bueh... gracias"? No way, ahí le pedís hablar con el supervisor que es un banana con reflejos rubios y gel que te trata peor aún que la subnormal que levantó el teléfono originalmente

MB dice:
bueno, terminalo y colgalo del blog.

Cel dice:
jajajajaaj

MB dice:
estas cosas yo pondría si tuviera un blog.

miércoles, octubre 17, 2007

Ayer salí con dos amigas. Pinta va, pinta viene. Los hombres, blah, los hombres. Lo llevé al telo y se asustó. Me dijo que no estaba enamorado de mí. Vos decíle todo que sí, total no entiende nada. Es un histérico. Vos sos una rompebolas. Le agarran ataques de celestitis siempre que. Cuatro veces probamos, no se le paraba. Nunca te lo había dicho, pero. Mi amiga sabe cómo coge mi novio. Soy una trola. Esas cosas.
En un momento, una de ellas llama al celular a su chico, o chongo, o vínculo, o lo que sea. El tipo no contestó y a ella ya se le pierde la mirada. Una sabe qué está pensando. Que el tipo no quiere atender, que vio el número y decidió ignorar el llamado. Que está con otra y dejó el celular en vibrador. Que la ignora descaradamente. Que está con otra.
Una también sabe que cuando se tienen unas pintas de cerveza encima y una relación poco estable, van a venir las ganas de hacer la drunk call. No importa para qué. Te quiero. Te extraño. Estoy caliente. Te quiero dar un abrazo. Y si voy a tu casa ahora?. Esas cosas.
Ella lo llamó dos veces mientras estábamos en el bar, el pibe no contestó. Cosas que pasan.
Digo, cuántas veces no atendí el celular por no escucharlo? Muchas más veces de las que no atendí por hacerme la boluda frente al caller id. Claro que este no era mi vínculo, era el de ella.
Me tomé el 86 y mientras me daba el vientito en la cara me alegré de no tener a nadie a quién llamar cuando estoy borracha, que no es lo mismo que no tener a nadie. Aunque si lo pienso un poco, ni borracha ni sobria. Nadie en el horizonte. Bah, por lo menos nadie que me haga temblar las rodillas y me genere tos histérica.
Algo me dice que estoy ahí, en ese punto justo, caramelo, en el que nada me importa demasiado y me convierto en una persona atractiva. El momento indicado para el "cuando menos lo esperes", porque la verdad es que no espero. Si viene, que venga y si no, I couldn't care less.
Estoy como para tirarme en paracaídas, esa es la sensación.

martes, octubre 16, 2007

"Maria was a tremendous help to me, and to my team, in helping us get..."

"Not only was she efficient and cheerful, she went above and beyond in keeping me updated with current status."

"More people would do well to emulate her good cheer and professionalism, and I wanted to be sure you knew what a splendid job she did, and how much our team appreciates her assistance. Thanks to her, we are actually a day and a half ahead of schedule, which is absolutely splendid!"

Ja! Ahí tienen todos* los que dicen que soy colgada, amargada y desganada!
Soy efficient, cheerful y soy capaz de hacer un splendid job.

*Por "todos", léase mi madre. Le forwardearía el mail, pero dudo que abra su casilla.

lunes, octubre 15, 2007

El Sábado fui al supermercado porque en la heladera sólo quedaban un frasco de mayonesa, un coso de barbacoa y paquete de milanesas de soja que había comprado solamente por estar en oferta pero que es obvio que nunca voy a comer.
Mientras hacía la fila con Dedé y ella me decía "es que yo no entiendo qué hacés con la plata" me di cuenta de que me falla.
Consideremos...
Primero, que es mala idea hacer las compras un Sábado a la tarde, porque, claro, a todo el mundo se le ocurre hacer las compras el Sábado a la tarde.
Segundo, que es peor idea aún, hacer las compras lejos de casa, la excusa "en Disco sale todo más caro" no sirve porque si después me tengo que tomar un taxi para no viajar con todo el bolserío en colectivo, termino gastando lo mismo, o más.
Tercero, que comprar fernet y cervezas ricas no es hacer las compras.
Cuarto, que comprar 6 yogurts Activia de frutilla, tampoco es hacer las compras. Desembolsé 9 pesos sólo porque venían dentro de un tupper violeta.
Quinto, que tratar de esquivar las colas normales sacando cosas que sí entrarían en la categoría "hacer las compras" para llegar a los 10 productos que me exige la caja rápida me convierte en una pelotuda importante.
Una Antares, una Otro Mundo roja, un fernet de 450, una Coca de litro y medio, un paquete de salchichas, los Activia en tupper, un Finlandia y un budín Bimbo marmolado.
De más está decirlo, sigo sin tener qué comer.
Una pelotuda im-por-tan-te.

jueves, octubre 11, 2007

Mis roomates quieren que haga una fiesta para mi cumpleaños. Yo solamente tenía planeado el festejo familiar, con asado hecho por mi abuelo y mucho vino, pero no, vienen estas dos y me dicen que nooooo, qué como no voy a tirar la casa por la ventana, que 25 se cumplen una sola vez, que todavía no hicimos una fiesta desde que estamos las tres juntas...
De disfraces, dicen. Ni loca, les digo.
Casi que me están convenciendo.

lunes, octubre 08, 2007

Oh... Sigamos conociendo el maravilloso mundo de Cel...
Esa es la visión que tengo casi todo el tiempo que estoy en casa, o sea, lo que veo cuando estoy tirada en la cama. Tirada leyendo, tirada escribiendo, o, como la mayoría de las veces, tirada durmiendo. Es lindo despertarse de la siesta dominguera y ver a James Dean.


Esta de acá abajo es Elvira, la perra que reemplazó a la gata Isa. Es buena, es muy buena, pero se pasa de cariñosa, todo el tiempo se me tira encima y me quiere dar besos de lengua. Todavía no entendió que yo soy fácil pero que, por ahora, hembras no.

Antes de que llegáramos Flor y yo, las chicas escribían las paredes. Que "acá se cocina la revolución", que "la ventanita del amor" y blah... Yo no soy muy adepta a esas cosas, pero sobre una heladera vieja, que está pronta a partir, hay un poema de no me acuerdo cuál tribu que es muy bonito.


Y por último este es el pasajito donde está ubicada la casa. Amo vivir en un pasaje de sólo tres cuadras. A veces hasta me olvido que tengo Acoyte y Rivadavia a 4 cuadras.

jueves, octubre 04, 2007

Eä Light & Honey....stockeando
vendi tus tetasssss

Cel.-
eeeeeeeeeeeeeesa!

Cel.-
a quién?

Eä Light & Honey....stockeando
una piba que no tenia nada

Eä Light & Honey....stockeando
le dije que era el ultimo bolso y pum, se lo llevo

Cel.-
qué alegría

Cel.-
me encanta que la gente porte mis tetas

Eä Light & Honey....stockeando
seh, sabia que te ibas a alegrar



Ya 3 personas llegaron a este blog por googlear "tetacentrismo".
Mi amiga Deborah creó un nuevo término y lo hizo circular.
Gracias, Dedé.

miércoles, octubre 03, 2007

Que los tengo preocupados, eso dicen. Que la depresión al principio no se nota y que soy tan tan paradentro que andá a saber qué me pasa, que conmigo nunca se sabe. Puede que tengan razón, no voy a levantar el dedito diagnosticador y dictaminar "depresión" porque no, sería cualquiera, pero hay una realidad concreta, la cristalización del "paradentro". No salgo de mi casa, me da fiaca todo, el sommier se convirtió en mi amante, veo solamente a las amigas que viven conmigo o me vienen a visitar, el contacto con mi familia es telefónico, me bajé la botella de Campari en una semana y no sé, como que estoy adormecida.
Lo bueno es que me cuidan, tal vez por eso no estoy triste. Cada uno a su manera. Mi papá me invita a que vaya a los ensayos con sus amigos, mi mamá no me molesta con sus hinchapeloteces, mi abuela no me habla de la vecina asesina, Nat me invita a ver películas en la cama y me hace compañía los Sábados a la noche, Flor es Flor y con eso es más que suficiente, Mr Blonde me abraza fuerte y me hace sentir en casa, LlaveInglesa me aclara, tan suelto él "pero ojo, che, que soy más que una pija, eh", mi hermana me manda mensajitos graciosos.
Ya va a mejorar, a activar.
Hay que esperar a que desaparezca la cuadratura Saturno - Venus.

viernes, septiembre 28, 2007

No lo pudieron salvar, me dijo mi hermana por teléfono.
Claro que lloré y miré para arriba exigiendo una explicación.
Al rato me reía mientras me acordaba de sus encuentros de poetas y las canciones que tocaba con sus instrumentos raros.
Hace 10 años, cuando empecé a fumar, me apodó "particulares 30", sí, yo empecé fumando particulares, un espanto. A los 17 me dio trabajo, me hacía corregir las pruebas de sus alumnos de séptimo grado, me pagó de más hasta que la mujer se avivó. Siempre me preguntaba por la facultad y cuando se enteró de mi cambio a Letras le vi cierta aprobación en la mirada que me tranquilizó bastante, era de esos tipos hiper inteligentes y creativos. Me hablaba de Tarkovsky y Bergman como si fueran novedades. Tomaba vino en cantidades industriales y tocaba la armónica y el bajo. Cuando ensayábamos con la banda que tenía mi papá, nos hacía frenar cada 20 minutos para salir a fumar y seguir tomando vino, terminaba siempre ronca y medio borracha.
Y hay mil cosas que recuerdo de Eduardo, que era como un tío para mi hermana y para mí, y son todas cosas lindas, porque el tipo no tenía un gramo de maldad. Sí, estaba completamente chiflado y tenía que medicarse porque era esquizofrénico, y una vez le agarró un brote zarpado porque no tomó las pastillas unos cuantos días y persiguió en pelotas a un vecino con un matafuegos para dárselo en la cabeza, pero era bueno, bueno de verdad. Luz. Lo voy a extrañar, mucho.
Y necesito un abrazo fuerte, y las chicas hoy no vienen a dormir a casa. Y mis viejos tampoco van a estar, y mi hermana tampoco. Y la sola idea de quedarme en casa viendo Heroes me angustia un poco, pero no tanto.

jueves, septiembre 27, 2007

Hace un par de días me empezó el mal humor. Primero se lo atribuí a tener que ir a una lectura cuando odio ir a ese tipo de eventos, después vi la luna llena y, claro, le eché la culpa a eso. Y ayer fue uno de esos días interminables, angustiantes. Quilombos en el trabajo, falta de red en la empresa por lo que tuve que irme a un bar con wifi para poder seguir trabajando, mails con reclamos y darme cuenta de que me mandé una cagada de gravedad media, pero gravedad al fin. Llegué a casa casi a las 11 de la noche, sin hambre y con una ganas de llorar incontenibles. Tomé un par de Camparis con naranja, hablé con Natalí un buen rato en la cocina y di vueltas en la cama hasta más o menos las 4 de la mañana, cuando me dormí y soñé que recorría Roma en subte. Esta mañana la sensación de angustia fue peor, se me mezclaron demasiadas cosas, el cansancio de tener que viajar 3 horas por día, tratar de asimilar que el analista se me va en un momento medio jodido, las pocas ganas de salir a la calle, las pocas ganas en general.
La bomba llegó en el almuerzo, cuando llamé a la casa de mis viejos para reportarme vivita y coleando y mi hermana me contó que al mejor amigo de mi papá lo asaltaron y le pusieron tres tiros en la cabeza. Las chances de que sobreviva son escasas, y aún saliendo de esta los daños neurológicos no lo dejarían llevar una vida "normal". Tres tiros en la cabeza, la puta que los parió.
Podría decir que con todo esto la angustia se me esfumó porque claro, cómo me voy a preocupar por nimiedades como el laburo o las pocas ganas de coger cuando hay gente, con esposa, con hijos, con alumnos, que va caminando por la calle y se come tres tiros en la cabeza. Pero no, la sensación de vacío se acentúa a cada minuto, la migraña me ataca, y lagrimeo a escondidas para que nadie se dé cuenta. Y lloro porque no entiendo nada. Qué sé yo si tiene que ver conmigo, con mi papá que debe estar pasando por un momento espantoso, con el hijo de este hombre que no quiere irse del sanatorio porque no quiere estar lejos de su papá, con él en sí que desde que tengo 6 años me dice que estudie y nunca abandone porque mi cabeza es lo más sobresaliente que tengo, o con qué carajo.
Nadie tiene un migral a mano?

lunes, septiembre 24, 2007

Hace más de dos años, le dije a un chico "te quiero tanto que vomito". Así le declaré mi cariño cuando todavía no podía ponerlo en otras palabras. Un par de meses más tarde vino el "estoy enamorada de vos, así que no te puedo ver nunca más", por lo menos no hablé de vómito. Después se enteró de que tenía un blog donde hablaba de él y lo llamaba "Mr. Blonde", sólo atiné a borrarlo en su cara.

Una vez dejé una carta en el hotel donde él estaba parando porque había decidido no verle nunca más el pelo y no podía no hacerle llegar que pensaba que era un egoísta que sentía que el mundo era una extensión de su cuerpo.

Otra vez escribí en un espacio anterior a este, que estaba frustrada sexualmente por culpa de él, que no dejaba que mi puta interior saliera a la superficie. Lo que sea que eso signifique.

Y, clavado, cada dos o tres meses le mandaba un mail bomba en el que volcaba toda mi confusión y le afirmaba que nunca nunca nunca más lo iba a ver porque su presencia me obstruía el plexo solar y muchas sandeces más.

He llegado a escribirle cosas tan chiquilinas como "...por eso, lo espantoso es que ya no te voy a buscar mas, que ya no te voy a ver mas... y me hubiese encantado que con querer alcanzara... creo que al final de cuentas las expectativas no estaban puestas en que vos te enamoraras de mi, sino en que con quererte nos alcanzara a los 2".

Toda esa confusión culebronera se esfumó hace rato. El es mi amigo. Mi amigo bonito, abrazable, rompebolas, neurótico, gracioso. Y hoy, mientras comía mi arroz con verduras, me sorprendió gratamente.

Mr. Blonde dice:

es que me di cuenta de que no paro de alejar a las personas que me quieren...

y vos te la re bancaste

no puedo creer lo que te la bancaste

así que me dieron ganas de reconocertelo

eso.

Y aunque él no lo pueda ver, y hable de elegir las cosas y el valor de las cosas y nosequé las cosas, él también se la bancó, me bancó lo suficiente como para que yo lo bancara a él. (pero qué bancadores que somos, che). Porque, vamos, de Madre Teresa no tengo ni un pelo.

De todos modos, era hora. Después de 3 años y monedas de remarla y sudarla me llegó el momento del reconocimiento.

Quiero dedicarle este premio a todas mis amigas, que soportaron estoicamente mis debates internos acerca de todo el asunto cuando las papas quemaban y a mi analista, que a la cuarta sesión me despachó un "bueno, para la próxima quiero que traigas definida tu situación con Mr. Blonde" y con eso me abrió un mundo de posibilidades.

Prometí que no iba a llorar, pero... perdón... perdón.

En una de las nueve historias de Salinger dos de los hermanos Glass escriben sus citas preferidas o fragmentos de libros que van leyendo en un papel pegado sobre la puerta de su cuarto. O lo inventé, ahora me entra la duda y nadie me la aclara.
Ayer limpié los libros de la repisa. Qué de polvo que se junta, eh! Encontré muchas porquerías. Mi libreta del cbc, un paquete de vainillas por la mitad (sí, a veces escondo los dulces para no tentarme) dos lamparitas quemadas, pilas usadas, monedas varias, servilletas dobladas y unas revistas que sobrevivieron a la mudanza. Todo a la basura salvo la libreta... las vainillas estaban duras.
Bueno, limpiando los libros, los fui ojeando y parece que subrayo mucho cuando leo. Y acá viene lo de Salinger, no soy tan colgada. Agarré una hoja en blanco de mi block para dibujar y empecé a transcribir esas frases y diálogos subrayados. Todo en lápiz negro, en letra bien chiquita, formando dos columnas, sin diferenciar de qué libro era cada frase. Hasta tiene una especie de sentido si se lo lee de corrido, es como un cadaver exquisito.
Es sorprendente, soy asquerosamente repetitiva. No importa si es Cortázar, Bukowski o Carver, siempre destaco las mismas cosas. La falta de empatía, la dependencia, lo no correspondido. Que para qué necesita el hombre amar a otro ser humano, que todo termina en una guerra despiadada, que para qué necesita familia si es escritor, que no se amaban pero hacían el amor y más de lo mismo, mi paja constante, compulsiva, inevitable. La búsqueda de la identificación.
Estoy considerando seriamente dejar de subrayar. En todos los sentidos.

viernes, septiembre 21, 2007

Estar acá, todos los días, desde hace más de un año. Seguir una rutina. Levantarme, bajar a lavarme la cara y de paso ver qué temperatura hace, si está para sweater, doble sweater o campera sobre campera sobre campera, prepararme una chocolatada, siempre fria. Si hay sol, calzarme los lentes y tomarme el 55 hasta barrancas. El tren hasta Vicente López, siempre viajando con la misma gente en los vagones de adelante, hay una mamá con dos hijitos, un bebé de 2 años y una de 4 más o menos, que me encanta, siempre les da manzanas de comer y los trata como si tuvieran 23 años. Y el trabajo es siempre más o menos lo mismo, yanquis que me chatean y me piden cosas, todos dramáticos, "I need this equipment ASAP", sí sí, don't you worry, Mr. Man, las cosas van a estar. Hace más de un año, wow. Es raro que algo me dure más de un año. Y la casa, mi espacio, tener ganas de llegar a "mi casa", eso tampoco me había pasado nunca. La otra rutina, la doméstica, lavar los platos, cambiar las sábanas, tirar la comida que ya caducó, tirar la basura a la calle, pagar las cuentas, ir a la verdulería, elegir la fruta y la verdura. Saludar a la perra, saludar a las chicas, mirar Lost, tomar té con galletas de arroz. Planear el estallido de nuestra terraza y esperar que nos regalen la bendita y prometida parrilla.
Y claro que me faltan cosas, Me falta un amante, una carrera, un juego de sábanas más, una botella de Camapari. Ya vendrán. Por lo menos las sábanas y el Campari.

jueves, septiembre 20, 2007

Y ya lo dije. Este fin de semana me atrinchero en casa y no salgo. No salgo. Ni ir a visitar a mi abuela, ni ver amigos, ni salir a la noche, ni al supermercado ni nada.
Entro el Viernes a la noche y no veo la calle hasta el Lunes a la mañana.
Me procuraré de tener las provisiones necesarias, cigarrillos, verduras, algún chocolate, cerveza y películas.
Si me llega a faltar algo... pues por alguna razón existe el delivery.
Si alguien me requiere, que llame, alguna de las chicas atenderá el teléfono, o que se mueva y toque el timbre, alguna de las chicas les abrirá la puerta.

martes, septiembre 18, 2007

Hace mucho que no encuentro un blog que me atrape. Con el último que me pasó, fue con El diario de un neurótico, tardé como una semana en ponerme al día y leer todos los posts, pero valió la pena, se convirtió, durante un par de meses, en mi novela de la tarde. Ahora Elemental ya no mete 3 posts por día y yo me aburro. Antes me había pasado con el blog de Azul, que lei de un tirón en un par de tardes.
La cuestión es que soy una novelera, a mí me gusta enterarme de la vida de la gente. Llámenlo morbo, curiosidad o no tener tele para poder mirar gran hermano, pero a mí me copa leer a alguien que escribe lo que le pasa día a día, ya sea desde lo muy puntual y anecdótico o desde un lugar más sentimental y de introspección, yo compro.
También compro otras cosas, por supuesto, pero cuántos blogs como el de Bestiaria, por poner un ejemplo, hay dando vueltas por ahí? No muchos, lamentablemente.

Así que vamos, por qué no me recomiendan algún blog interesante?

lunes, septiembre 17, 2007

Bueno, que fui al cine, y a visitar a mi abuela que está muy pachucha la pobre. Y cociné una bolognesa que no podía más de rica, y un cerdo saltado con verduras que me alegró la tarde del sábado. Y leí muchos relatos de Roald Dahl y comí chocolate con pasas. Y vino Mr. Blonde a casa y me emborraché y me dijo, riéndose, que sí, que era una histérica más. Y el papá de Flor nos invitó a comer asado y me hizo tomar vino de prepo. Y hablé mucho tiempo con LlaveInglesa por teléfono, casi hasta quedarme dormida con el celular en altavoz sobre la almohada. Y caminé desde Independencia y Boedo hasta casa, con la lluvia dándome en la cara. Y arreglé con las roomates para ir a ver Inland Empire el miércoles. Y ahora lo único que quiero es dormir, tapada hasta la nariz, con Aimee Mann de fondo.

viernes, septiembre 14, 2007

Ayer tuve un "workshop" de comunicación. O sea, levantáte a las 7 de la mañana, olvidáte la billetera en la otra cartera, viajá como ganado y andá al club de Vicente López, a una cabaña para que dos tipitos, perdón, perdón, "facilitadores", te expliquen qué es la comunicación, qué es persuadir, qué es perceptividad. No te preocupes, es divertidísimo, hay "dinámicas" para que entiendas los conceptos estos.
No voy a hablar de la pobreza y chatura en las definiciones porque, es cierto, soy una rompebolas que estudió teoría de la comunicación en demasiadas materias, lo mismo que cosas como la perceptividad, el feedback y la escucha activa. El tema no fue ese, el problema fue tener que hacer este curso de 8 horas con 15 muchachos, ni una mujer. Todos muchachos. De sistemas. Todos nerds. Había uno que se ponía tan nervioso cuando quería decir algo que abría la boca demasiado grande y terminaba haciendo un gesto extrañísimo, ese me daba hasta ternura en algunos momentos. Otro que gritaba y opinaba sobre absolutamente todo, odio a los que opinan sobre todo sin tener ni idea, a ese le discutí cada puta frase. El que se sentó al lado mío era buena onda, como que el nerd de 30 años ya está medio de vuelta, encontró hobbies no relacionados con la seguridad informática y blah, esos me caen bien, me divierten, pero este había dejado de fumar hacía un par de semanas y trató de hacerme entrar en razones, que 15 cigarrillos por día era mucho y no sé cuántas cosas más.
La primera "dinámica" era hacer un dibujo sobre algo que nos representara, la mitad se dibujó a sí mismo con la laptop, algo realmente creepy. Otra era un juego en el que te vendaban los ojos, te ataban con una piola a tus compañeros y te daban directivas para levantar pelotitas del suelo, así que ahí estaba yo, vendada, atada a 10 tipos, agachándome para levantar pelotas. La última era hacer una canción sobre el "workshop", sin palabras.
Podría haber dicho que me dolía la muela y huir despavorida, pero me quedé y no canté un cuerno.

Y a la noche festejé Rosh Hashaná y comí demasiado.
Y me analista se va a vivir a Córdoba así que sólo nos quedan 3 sesiones juntos.
Y quiero matar a todos los yanquis que me reclaman cosas que no corresponden.
Y nadie quiere ir a ver conmigo Inland Empire al cine.

miércoles, septiembre 12, 2007

Ayer, mientras esperaba el tren, recibí un mensaje de texto, "Comprá unos prime azules" decía.
Siempre me agarra de sorpresa, para lo bueno y lo malo. A veces es sorpresa linda, un "y por qué no me escapo un par de horas del laburo y nos dormimos una siesta?". Otras me saca de quicio con sus crípticos "no voy a poder ir, estoy con un ataque de ansiedad" o "no creo que puedas entender qué me pasa, mejor lo dejamos acá" cuando acabo de bañarme, perfumarme y emperrarme para él.
Prime azules ya tenía en una repisita, así que hice el regreso a casa de todos los días, el Mitre hasta Barrancas y de ahí el 55, sin desviarme para ir a Farmacity (porque yo los forros los compro en Farmacity, no sé por qué, debe ser que de paso me compro cremas y jabones y chocolates) apurada, con una mezcla de ansiedad y perturbación.
El Domingo las cosas habían llegado a un terreno muy extraño cuando me contó que era fóbico. A espacios abiertos, a espacios cerrados, a los espacios que desconoce en general. Yo qué sé qué hacer con esas cosas. Qué se le dice a un tipo que iba a visitarte y de repente te salta con algo así? Podía mandarlo a freír churros, o a hacer terapia con un sistémico, o pedirle que volviera a aparecer en caso de curarse. Pero no, le dije que estaba todo bien, que yo estaba para lo que necesitara, que tenía una energía re linda y no sé cuántas cosas más. El Lunes me agradeció por messenger mi buena onda frente a la situación, que qué bueno que sea tan comprensiva y blah. Sí, soy re comprensiva, sí, no sabés. Soy re buena persona... Eso o soy una estúpida a la que si le dicen "tengo muchas patologías, aléjense todos de mí" se le prende una luz, y no roja precisamente, es más como un verde esperanza que dice "ADELANTE, DALE PARA ADELANTE". Y no, no estoy orgullosa de eso, es algo que hago sin darme cuenta, hasta que me doy cuenta.
Cuando iba por Parque Centenario, me preguntó la dirección exacta y me dijo que estaba saliendo. Llegué a casa y ordené el cuarto en 4 minutos, barrer, doblar la ropa tirada, prender Sai Baba, acomodar zapatos y hacer la cama. Me bañé en 10 minutos, con máscara para el volúmen y brillo incluída y mientras me ponía la pollera, sonó el timbre.
Hay algo raro en todo esto de vivir con mis amigas. Ellas tienen sus parejas relativamente estables que ya conozco y veo de vez en cuando, pero yo ya no tengo eso, llevar a alguien de quien me han escuchado hablar durante años y que lo vean en carne y hueso es todo un desafío a mis paranoias, a mi necesidad de mantener todo en secreto siempre. Saber que el famosísimo LlaveInglesa estaba esperando en la puerta de calle las hizo reírse de mí, de mi tensión evidente, del escote, de las llaves que se me caían de las manos.
Después de unas cuantas horas, después de charlar sobre los chamanes y los tatuajes, después de tirarle las cartas, de corroborar una vez más que tenemos una curiosidad y conocimiento del otro que permite absolutamente todo, y después de bajar a abrirle la puerta, pasé por la habitación de Flor, que estaba con Nat mirando la tele y comiendo dulce de leche.
Se burlaron de vuelta, pero esta vez de mi cara de paraíso en la tierra, de lo dificil que es imaginarse al muchacho este diciendo todas las barrabasadas que me sabe decir cuando menos lo espero, de la pinta de freak que tiene y de mi sonrisa embobada.
Y ante el típico "y? qué onda?" sólo pude contestar "es un amor".
Estoy en peligro.

martes, septiembre 11, 2007

Ok, las cosas toman un tinte extraño, aunque, debo reconocerlo, divertido.
Hoy llegué al laburo, abrí el messenger y me apareció una de esas ventanitas que te piden que agregues a alguien a tu lista. Era el primer chico con el que salí. Que me dejó por teléfono. Que hace un año y medio apareció pero no pasó nada. Y andá a saber para qué cuernos me volvió a agregar, pero a mí todo esto me huele raro.
A eso sumémosle que LlaveInglesa está completamente chiflado y cada vez que nos vemos es porque le agarra un ataque de celestitis que "no puede controlar", no importa que sea Lunes al mediodía o Jueves a las 3 de la mañana.
Hace cuatro años que se mantiene el mismo elenco estable, porque hay un par más que rondan por ahí, apareciendo periódicamente. Hay personajes invitados y apariciones estelares muy de vez en cuando, pero la storyline es más o menos la misma. Mi madre diría que todos estos tipos son algo así como mi familia karmática y que hay algo que yo tengo que aprender a resolver para poder seguir adelante. Una compañera del laburo dice que son todos unos huevones que vuelven a mí porque siempre dejo la puerta entreabierta por si las moscas. Yo no digo nada, a veces me rio de todo y otras maldigo a la sincronización, el loop constante y los ataques de ansiedad ajenos.
Por suerte, son más las veces que me rio.

lunes, septiembre 10, 2007

Una y otra vez. Algo debe estar muy mal en mi modo de obrar porque no la pego, es así de simple. No sale, no me sale. Y pasa por mí, y eso es conciente, pero no logro identificar cuál es el mecanismo específico que hace que las cosas no salgan como deberían salir.
Algunos dicen que es porque no creo en mí. Y en qué se supone que tengo que creer de mí? No quiero volver al argumento “es que nunca nadie me va a querer, no me lo merezco” que tanto usé los últimos diez años y ya está gastado. Qué sé yo si me lo merezco o no, qué sé yo si alguien me va a querer o no, seguramente sí.
Yo quiero otra cosa, quiero paz en el cuerpo. Y no sé si querer y ser correspondida me va a traer esa paz. Hasta ahora, cada vez que quise algo, eso no me trajo más que perturbación y síntomas de Dora wannabe. Quiero tranquilidad, que el pecho no se me haga un nudo 35 veces por día, que no me agarre la tos histérica, que ir al trabajo cada día no sea una tarea colosal. Poder ver una película de principio a fin sin tener que pararla a la mitad para ir a llorar contra la almohada, cantar sin estar corrigiéndome cada nota, caminar sin estar pendiente de la calle por la que voy por miedo a perderme, cocinar sin pensar que me pasé con la sal o la pimienta, llorar de una buena vez por todas. Coger con alguien que tenga ganas de pasarla bien y nada más, porque “nada más” no es poco si se le ponen ganas, pero coger toda la noche y todo el día siguiente, que me dejen atontada de orgasmos, que me hagan sentir que soy linda, o que soy puta o que soy mala, pero que me transmitan algo. La sensación en la piel es lo único que me hace perder el control, me muestra que algunas veces puedo ser increíble, inagotable, generosa y vulnerable.
Quiero comunicarme y ya me cansé de hablar en cara a cara, por teléfono, de chatear y de mandar y recibir mails. Quiero tocar, morder, chupar, acariciar, mirar.
Porque no soy solamente lo que digo que soy, soy más y mejor.

domingo, septiembre 09, 2007

Hace casi 4 meses que estoy sola pero recién hace un par de semanas me bajó la ficha de que estoy en el ruedo nuevamente. Hará cosa de un mes, medio que me di cuenta, pero me salió todo tan para el traste que me hice la tonta y seguí con mi soltería y disponibilidad negadas.

Si sigo haciendo cuentas, hace ya bastante que no salgo a lugares muy concurridos, o medio concurridos... o concurridos at all. Sí, que me quedo en casa fin de semana tras fin de semana, haraganeando con las chicas, o leyendo y viendo películas, o lo que sea que no implique mezclarme con multitudes de veinteañeros en plan levante.

Esto del elenco constante de hombres en mi vida tiene sus pros cuando me agarra la fobia social y no quiero ir a ver qué me deparan las noches de Sábado. Bueno, sí, la contra es que fomento mi aislamiento y que cómo voy a conocer a alguien y blah, no me jodan, cuando no quiero ver gente y me encierro en mi pequeño mundo me importa muy poco lo que me diga esa partecita (ita) de mí que siempre tiene todo tan claro.

Y a veces se me aparecen cosas, así, inesperadas y está re bueno, porque las sorpresas siempre están buenas y además tengo la oportunidad de decir "aaaaaaah, vieron que no tengo que salir de casa para vivir el romance?" y capaz por unos minutos me la creo. El problema es que las sorpresas estas vienen siempre con una vuelta de tuerca jodida, pero, claro "quién te quita lo bailado" dice esta otra parte de mí (no tan pequeña como la otra) que es fácil y ante la menor oportunidad revolea el corpiño. Lo bailado me lo quita que me confiesen que tienen novia después de haberme conquistado por completo, que me persigan día y noche con llamados y mensajes de texto, que me celen sin razón... esas cosas. Entonces, todo lo lindo de la sorpresa y el "ay, el amor puede estar a la vuelta de la esquina" se van por un agujero negro donde se esconden por un largo tiempo.

Otras veces me pasa que salgo de casa sin pensar y especular sobre todo esto y recibo la mañana del día siguiente con un chico en mi cama (ni un muchacho, ni un pibe, ni mucho menos un chabón) que me abraza, se rie de todo lo que digo y me da besos en la frente. Y yo pienso... "besos en la frente? hace 12 horas que te conozco y me das besos en la frente????". Esa es la parte de mí que se hace la cínica pero que en realidad se muere de miedo porque las cosas se le salen de control, de más está decir que esta es la que más espacio ocupa.

En una época hacía unos ejercicios en análisis (el de mi psique, no matemático) que más o menos se trataban de crear un diálogo entre todas estas partes. Yo tenía que cerrar los ojos porque si le llegaba a ver la cara al jungiano mientras hacía la paparruchada esa me agarraba un ataque de risa imparable. Era genial, nunca se ponían de acuerdo y yo terminaba preguntándole al pobre tipo "pero no seré esquizofrénica? No tendré que medicarme?". Me decía que no, que cómo decía tal pavada, pero yo qué sé, siempre le esquivé a cursar psicopato y no me iba a quedar con la duda atragantada.

Ratifico lo que vengo diciendo desde hace semanas, yo no quiero un novio. A lo sumo, un amante.
Pero más que un amante, un analista.

viernes, septiembre 07, 2007

Voy a la librería y nunca sé qué llevarme, estoy con bloqueo de lectora. Termino comprando cosas de los autores que ya sé que me gustan y eso está bien, pero hace meses que no leo nada nuevo. Hace un par de semanas me había comprado la narrativa completa de Dorothy Parker y gustó, mucho, pero después ya no supe qué comprar. Me prestaron uno de Boris Vian pero no me convenció del todo. No estoy de humor para Banana Yoshimoto, John Irving a veces me cansa un poco, de Auster ya lei todo, no consigo un par de cosas de Hornby que me faltan y no sé, ando quisquillosa.

Ayer, después del trabajo, pasé por Cúspide porque tenía muchos puntos para canjear y volví a casa con uno de relatos de Bukowski y otro que me habían dicho que estaba bueno pero que ya ni me acuerdo cómo se llama... La verdad es que me gusta mucho Bukowski y más que nada los relatos. Cuando tenía catorce o quince años mi papá me leyó una poesía de Bukowski, me flasheó mal y desde ahí fui leyendo todo lo de él, muy de a poco. Es lindo cuando pasan diez años y los gustos por ciertas cosas no cambian. Ponele, yo a los trece leía a García Márquez y Hermann Hesse día y noche, pero ahora a García Márquez te lo tiro por la cabeza y si bien a Hesse le tengo todo el respeto del mundo, es casi imposible que me vuelva a copar con Siddharta o Demian. Entonces, hoy venía al trabajo en el 55 y me reía sola con la historia de una treintañera divorciada que se había casado con un indio caníbal porque la tenía enorme y se lo había llevado a Los Angeles pero el chabón ya estaba podrido de tanto garchar y lo único que hacía era tomar oporto de la botella. Se ve que me conformo con poco para reírme un rato.

Bueno, a ver si alguien me recomienda algo para leer. Y si de paso quieren, alguna película.

jueves, septiembre 06, 2007

Porque dicen que no desaparece ni se pierde, que se transforma. Cada vez que me desmoralizaba o sentía que las cosas se me iban fuera del alcance, recordaba ese principio de la naturaleza, enarbolaba una teoría ad hoc y una parte de mí se tranquilizaba, por lo menos por un rato.
Yo tenía (tengo) esta cantidad de sustancia/energía/cosa que se me resbalaba de las manos. No sé en qué momento exacto tomé conciencia de su existencia, a veces digo que fue un 25 de Mayo después de ver un corto malísimo en i-sat, otras, afirmo que fue una noche de Abril, lluviosa, mientras me daban la mano y el pecho se me congestionaba. No creo que importe demasiado la fecha o el lugar, eso es parte del anecdotario, la realidad es que siempre estuvo. Con diferentes formas, le puse distintos nombres, cada analista que me tuvo como paciente lo abordó a su manera, pero siempre se trata de lo mismo, lo mismo disfrazado de hombre, de padre, de compañerito de colegio, de primo, de galán de telenovela, lo mismo de incógnito, pero lo mismo al fin.
Un buen día decidí tomar cartas en el asunto, que lo iba a dominar. Viéndolo a la distancia, era como el coyote y el correcaminos, el goce en el intento sistemático que está destinado a ser fallido. Así lo perseguí, como loca, durante un par de años, estando más pendiente de las desventuras que me generaba, de la escena que se creaba a partir de mi capricho de tener todo bajo control, que de cómo eso me iba transformando a mí, cómo dejaba de ser Celeste para convertirme en otra cosa, muy rara, muy enferma y triste. Tuve que tomar coraje y reconocer que, por el momento, lo tenía que dejar ir de vuelta, todavía no estaba capacitada para enfrentarme a las consecuencias de tenerlo atado.
Creo que ahora tampoco estoy preparada para enfrentarme a ese deseo de/sustancia/energía/cosa que se me resbala de las manos, pero sí mucho mejor entrenada, es por eso que tuve la necesidad de crear esta instancia intermedia, un gris que me permitiera estar tranquila conmigo misma al saber que no le estaba dando la espalda nuevamente.
Lo bueno de todo este proceso fue haber desarrollado una capacidad de adaptabilidad enorme, una cintura para esquivar ciertas cosas que hasta a mí me sorprende, una fortaleza disfrazada de desinterés. Menos mal, porque el corazón se me rompe una y otra vez, de otra manera, sin toda esta fuerza que andá a saber de dónde saqué, me volvería loca. Me rompe el corazón y no descansa, siempre está listo para atacarme cuando pienso que las aguas están tranquilas. Y hace poco me golpeó de vuelta, esta vez me tomó completamente desprevenida, bajo un cuerpo que pensé que conocía un poco más, pero parece que no. Y me devolvieron un regalo que yo había preparado con esmero, ahora roto, sin valor.
La cosa esta es como un animalito salvaje que nunca se cansa. Y ya estoy toda mordida y pateada y llena de rasguños. Pero lo estoy aprendiendo a domar.

miércoles, septiembre 05, 2007

Against all odds, terminé creyendo en la amistad entre el hombre y la mujer.

Igual, me duele el pecho, la tos volvió triunfal y le tengo un miedo terrible a la melancolía.


Una vez me escribió "Un beso, nunca una flor, la no caricia, el sol". Ni él se debe acordar. Y ahora entiendo todo.

Lo quiero más de lo que mi cabeza puede tolerar.

jueves, agosto 30, 2007

LlaveInglesa strikes back!
Y para aquel que no sepa quién es LlaveInglesa... Hay quienes lo conocieron como el "regalo del cielo en forma de rubio pisando los treinta", mientras que mis más cercanos lo llaman "el mecánico" (no, no es mecánico). Me conoció hace más de cuatro años, cuando era una pequeña histérica y me ubicó de manera sorprendente para luego mandarse a mudar. Volvió hace un año y medio y el tiempo nos trajo sólo beneficios. Cuando empecé a salir con Muchacho tuve que darle salida, pero hace un par de semanas empecé a llamarlo con la mente. Y él, que es tan perceptivo cuando de mis deseos se trata, apareció, llamándome a las 3 de la mañana con propuestas absurdas, dejándome mensajes insolentes en mi messenger, haciendo que me sienta bien. Eso es lo suyo, hacerme sentir bien.
Una buena en el medio de tanta locura.
Ya van varias veces. Cada vez que salgo más temprano del trabajo lo veo.
Viaja en el último vagón y si no es así y está un poco más adelante, cuando el Mitre se acerca a Barrancas, se pasa al último. No es muy alto y es grandote, protector. Tiene un saco azul que le queda un poco corto de mangas. Usa sweaters de colores fuertes, naranja, verde, rojo. Tiene muchos rulos que se le aplastan de sien a sien porque usa esos auriculares tipo vincha, grandotes. El otro día estaba leyendo un libro forrado de un papel a cuadritos. Otro día, leía algo de Carver. La barba, siempre de dos días. Las manos grandes, toscas. Tiene lentes con marco grueso y negro, no queda ni tan geek ni tan pretensioso, vamos, que le quedan muy bien. No es lindo, es normal, bastante tierno pero con la cuota necesaria de virilidad.
Se baja conmigo y camina rápido, para el lado de Luis María Campos. Espera el 55, igual que yo, y mueve la cabeza y canta bajito bajito, casi ni se lo oye. Se sienta bien atrás y nunca mira por la ventana. Termina su viaje en Thames y Corrientes.
Amo a los chicos de Villa Crespo.

miércoles, agosto 29, 2007

Llegué a casa medio borracha, muerta de hambre y en mi cocina había olor a rotisería china, un asco, me fui a dormir sin cenar. A las tres y media de la mañana me desperté con un antojo terrible de nesquik, bajé toda dormida a la cocina, puse nesquik en una taza y cuando fui a agarrar la leche de la heladera, sorpresa, no quedaba casi nada. Mi compañero de emociones se quedó sin pilas en el momento más inoportuno. El despertador sonó tan bajito que no lo escuché, tuve que salir corriendo, media hora más tarde de lo planeado. Ya en la calle, me tropecé y me rompí el pantalón a la altura de la rodilla, mi pantalón favorito. Como no puedo andar por la vida con el pantalón roto, volví a casa, derrotada, cancelando los planes matutinos. El tren al trabajo se retrasó y tuve que viajar apretada, rodeada de jóvenes de shan ishidro que estudian en la uca y hablan de sandeces. La tipa del Pago Fácil me dijo "ay, no tenemos sistema, tenés otro en sarasa y sarasa", claro que estoy en Vicente López, sarasa y sarasa no es acá a la vuelta, de hecho, ni siquiera sé dónde cuernos queda sarasa y sarasa, y sólo me quedaban 10 minutos antes de entrar al trabajo, otro día más con la factura de luz sin haber sido pagada. Me senté en la silla en la que estoy ahora, llamé a mi madre y de vuelta no atendió ni el celular ni el teléfono de su casa. Me refregué los ojos por el sueño y me corrí el rimmel. Recibí infinidad de mails pidiéndome cosas que no entiendo. Me duele la rodilla por el tropezón de hoy. En poco más de un mes y medio cumplo 25 años y ya me estoy deprimiendo. Se me deshilachó el puño de la polera y si hay algo que detesto son los hilos sueltos. Desde hace unos días, sentaron a una tarada a un par de metros, no para de reírse forzadamente de unos videos patéticos que ve en youtube y tiene una foto "haciendo trencito" con dos amigas que tienen pinta de ser aún más estúpidas que ella, están las tres de short clarito, me juego la cabeza a que están en San Bernardo. Y el dispenser de agua sigue sin funcionar.

Que me trague la tierra.
Ya no estoy inusualmente bien, como era de esperarse.

martes, agosto 28, 2007

Edesur no me deja pagar sus facturas en pagomiscuentas. La camisa que tengo tiene los botoncitos muy chiquitos entonces se desabrocha todo el tiempo, me tuve que poner la chalina para no terminar destetada en el medio de la oficina, a pesar del calor espantoso que hace acá dentro. El dispenser de agua no anda hace un par de días, trajeron uno nuevo antes de ayer pero también se rompió, pusimos la pava para calentar agua pero alguien de otro proyecto nos la afanó, para hacerme un capuccino tuve que tomarme el ascensor y traer agua caliente de la planta baja. Se me está acabando la crema de limpieza que venía usando y ahora está al doble de precio que hace un par de meses atrás. Hoy arreglé para ir a cenar y dejé que el otro decidiera dónde, por Guía Oleo me entero que el precio promedio de cena es 45 mangos, o sea, voy a terminar gastando 70 como mínimo. Tengo que empezar a considerar eso de dejar que me inviten cenas y me hagan regalos. Voy a tener que ir al cajero de abajo a buscar plata y detesto eso, el estacionamiento de noche es como una gran tumba con olor a humedad. Le voy a tener que decir a mi analista que me mande a un cirujano para que me extirpen la histeria, la siento como si fuese un tumor en el cerebro. Y en la garganta. Y en la panza.

Pero estoy bien, eh. Inusualmente bien.
Es la combinación Sol en Virgo y Luna llena en Piscis.

lunes, agosto 27, 2007

Yo le daría a Steve Buscemi. Sí.
Y qué?
Y a Tim Roth también.
Lo mismo con John Turturro.
Me gustan los feos. No hay vuelta que darle.

De todas maneras, el protagonista de mis más salvajes fantasías en los últimos tiempos es Seth Rogen.
De veras, no me avergüenzo.

viernes, agosto 24, 2007

Está haciendo más calor o me parece a mí?
Hoy me levanté, después de abusar del snooze durante 45 minutos, y cuando salí del cuarto sentí olor a primavera. El olor que sentía cuando dejaba de ponerme campera sobre el guardapolvo durante la primaria, el olor que hacía que le pidiera una cantidad exagerada de camisolas a mi tía que tenía local de ropa jipi (todas batik, qué espanto).
Por algún motivo, me genera un poco de angustia. Es como cuando tenía once o doce años, me miraba y no entendía cómo era que ya tenía tetas. Así como en ese momento no quería empezar a usar corpiño, ahora no quiero archivar los abrigos, quiero seguir con bufandas al cuello y polerones lanudos. No estoy preparada para la exhibición estival, ni para los antojos de helado cada tarde.
Soy una persona para el otoño, eso está clarísimo.
Por otro lado, mi casa pide a gritos que suba la temperatura. Es pura terraza. El patio ruega que le colguemos una hamaca paraguaya y le pongamos una parrillita.
Frente a esta resistencia mía, sólo hay algo que me estimula: sábados a la tarde y campari con naranja.

jueves, agosto 23, 2007

Qué tal? Qué contás?

Que me levanto y cuando me quiero acordar qué soñé, plaf! ahí está. Buen día. Cómo estás hoy? Claro que no obtengo respuesta. Me preparo una chocolatada en silencio, que me sale buenísima por cierto, y le pregunto si quiere que le prepare una. Silencio nuevamente, no esperaba otra cosa.

Que me voy al living y resulta que alguien alquiló una película, ESA película, no podía ser de otra manera. Le pido que se siente en el sillón conmigo para verla y comer unas Merengadas. La veo y para la mitad ya estoy tan llorona que me paro y voy por las Melbas. Es un hecho, los carbohidratos serán mi única compañía esta puta tarde.

Que salgo a la calle para tomar un poco de fresco y veo los afiches en la calle. Me debato sobre si debo arrancar la enorme cara de Jason Lee que está pegada al lado del Mc Donalds de Córdoba y Medrano. Desisto y me calzo los lentes, esos lentes que se agrandaron y me bailan.

Que vuelvo a casa y hago todo mal. Quiero poner un disco pero me doy cuenta de que va a tener que pasar muchísimo tiempo hasta que pueda escuchar música que me guste y que no traiga recuerdos que de tan gratos se me hacen insoportables. Le pido que elija, que tengo ganas de que me sorprendan. Termino durmiendo en el absoluto silencio, por supuesto.

Que decido salir a la noche y verme con gente que desapareció de mi vida hace ya mucho tiempo. Que tomo una cerveza tras otra y no me molesta emborracharme. Que me subo al auto y está sonando esa maldita canción. Le pregunto si quiere que la deje para martirizarnos un rato. Por suerte, llegamos a destino antes de pedir que la saque.

Que me voy del lugar porque la histeria ajena ya me está rompiendo demasiado las bolas. Me abrigo y enfilo para Carlos Pellegrini en busca de un taxi. Compro cigarrillos y miro el kiosco como estúpida, me estoy despidiendo. No pienso volver nunca más a ese barrio. Que me subo al taxi y bajo la ventanilla. El taxista sube la radio. Suena Bob Dylan y no puedo evitar el puchero y las lágrimas que se vienen unas sobre otras. Le pido que pare de cantar, pero nunca me hace caso. Cantamos juntos y me apoyo en su hombro.

Que ya me estoy cansando de vivir con un fantasma que me hace de guardaespaldas. Que ya no sé si me está llamando o si mi cabeza tiene tantas hipótesis ad hoc que se me fue de las manos. Que me gustaría ser más racional en momentos como este, pero la verdad es que no tengo la voluntad. Que ya no soy la misma pero todavía no pasé al estadío siguiente, la transición me está matando. Que extraño horrores ciertos rituales que antes me parecían insignificantes. Que busco trasfondos inexistentes y señales cósmicas en catálogos snobs y cajas de gelatina. Que estoy triste y me alejo de todos, pero siempre sabiendo que es así como debe ser, aunque duela.

Que no puedo hablar y tampoco quiero que me escuchen. Que empecé algo y ahora tengo terminarlo aunque mi ego se arrepienta. Que le hablo cada mañana y cada noche pero nunca me contesta. Que ni las cartas me quieren contestar qué va a pasar. Que es raro darse cuenta que no hay reemplazantes para algunas cosas, no existen los genéricos en estos casos.

Bien, todo tranquilo por suerte.

(Buscando mi libreta del cbc apareció una hoja con esto de acá arriba. Marzo del 2006. Es bueno, genial, liviano, no vivir con el fantasma)

martes, agosto 21, 2007

El sábado fui a lo de mi abuela y sobre una mesa estaba EL cuadernito.
Período marzo - agosto de 2004. Empezaban las dudas acerca de mi carrera, la relación con mi madre se volvía cada vez más tensa y más que nada, oh, Mr. Blonde, oh qué pena esta de quererte y no ser correspondida. Entonces, como soy re espontánea y jajaja hago que me rio de todo lo que alguna vez fui, manoteo el celular y "Boluuuuu, hoy encontre en lo de mi abuela mi diario de hace 3 años! Es todo sobre vos! Te lo tengo que leer!".
Al otro día, tenía a Mr. Blonde en la cocina de casa diciéndome "quiero el cuadernito". Y se lo leí, según él no contenía nada revelador.
A mí sí se me revelaron, o por lo menos retornaron a conciencia, un par de cosas. Que me castigo, mucho. Que tenía mucha necesidad, casi desesperación, de querer a alguien y de recibir cariño. Que estaba muy obsesionada, muy. Que puedo ser muy cursi. Que no me perdono absolutamente nada. Que tenía un importante problema con el asunto ese de demostrar afecto. Que me quería morir cada dos por tres. Que era muy poco feliz.
Y sí, me da un poco de miedo volver a eso de antes, a la exageración del dolor y la angustia. Aunque en realidad no, me da miedo no poder manejar este nuevo estado, que las cosas deriven en andá a saber qué.
Qué sé yo, soy miedosa.
Por ahora, el cuadernito se queda escondido en la cocina, donde no lo pueda ver. Ya me amigaré con esa parte atormentada de mí misma. Si pude volver a escuchar los backstreet boys sin querer pegarme un tiro en la sien (ja, sí, me amigué con los backstreet boys), calculo que voy a poder volver a leer algún día "quereme, por favor quereme" o "lo quiero, así que no lo voy a ver nunca más en la vida".

En otro orden de cosas, me pasé el fin de semana largo tirada en la cama, pachorreando a más no poder. Me agarró un ataque de emocionalidad que me hizo lagrimear con La Fiesta Inolvidable (y no de risa, señores, me daba pena Peter Sellers). Y soñé que tacho me decía una cosa fea en un comment y me ponía muy triste.

What a wonderful life, folks.

viernes, agosto 17, 2007

Me hice el primer tatuaje, el símbolo de Júpiter, en octubre del año pasado. Claro que me dolió, pero a los pocos días ya planeaba con tener todos los símbolos del sistema solar en mi espalda.
En Junio me hice dos más, Urano y Mercurio, que me dolieron aún más que el primero. Tuve afiebrada la zona por casi una semana, no había crema que me alcanzara, no pude dormir boca arriba por unos cuantos días y me prometí que nunca (NUNCA) más una aguja con tinta se iba a acercar a mi pobre cuerpecito.

Hoy a la mañana lo supe, los próximos van a ser Neptuno y Plutón.

Es como si me dieran cuerda.

jueves, agosto 16, 2007

No fui al trabajo los últimos dos días. El motivo? No viene al caso, mis queridos. Lo que sí viene al caso es que aproveché para dormir por demás y me di cuenta de que el affaire con mi nueva cama está en la cresta de su ola. Hasta nombre le puse, pero siempre le pongo nombre a las cosas que se supone que debo cuidar. La laptop se llama Roberta, el celular, Román. Hay un Atilio, una Isabel. Rotulo para encariñarme, para ocuparme un poco porque de otra manera, rompo todo.
Entonces el Lunes a la noche fui a despedir a mi amiga y su novio que se volvían a Madrid y cuando llegué a casa, medio fumada y con una mezcla de nostalgia y alegría por un lado y el enojo, la rabia y lo atragantado por el otro. Dormí y dormí y dormí y el Martes cuando me desperté, me fui al cine. A mí sí me causó gracia lo del puerco araña, será que me conformo con muy poco. Todo el circuito del cine en solitario me hace bastante bien, tengo cerca el Village Caballito (y al pronunciar estas dos palabras juntas siento como náuseas) y otro que está enfrente que pasa "cine arte" (lo que sea que eso signifique), es claro que termino siempre gastando 16 pesos para ver alguna pochoclera. Y el circuito es siempre el mismo, me tomo un café o como algo por ahí después de sacar la entrada, compro los obligados pochoclos, me meto en la sala y espero. Salgo del cine y paso por la librería. Ok, es Cúspide, pero es lo que está ahí, me meto y algo me llevo. Esta vez, fue la narrativa completa de Dorothy Parker que encima no pagué porque lo saqué con los puntitos estos. Qué genialidad esto de agarrarme de las pestañas con el asunto este de los puntos y las tres cuotas sin interés.
Cuando volví a casa tenía un mensaje de texto "estás bien? no te veo en el msn y la entrada del blog es lapidaria". Oh, alguien en el mundo piensa en mí! Oh, puedo ser lapidaria! Y así el enojo y la bronca se fueron yendo, a fuerza de los relatos de esta mujer, tan exquisitos, y té de canela con leche y miel, tan exquisito también.
Capaz lo que necesitaba era dormir 14 horas seguidas. O tomar un vino con amigos y comer sandwichs de pastrón y pepino. O no sé. Se me pasó un poco todo.
Qué bueno.

lunes, agosto 13, 2007

De vuelta la sensación esa de que las cosas se me están yendo de las manos. A mí, que soy la control freak más inestable y despelotada del mundo, ser conciente de la inminente debacle me hace tambalear antes de tiempo. Traté de organizar mi cabeza y mis horarios, de prevenir caídas y de hacerme una gran reserva de porro, vino y té de manzanilla para afrontar lo que se venía. Pero con tratar no alcanza. Mi cabeza no puede procesar absolutamente nada, no hay camino lógico posible para nada, mis horarios son sólo un reflejo de lo poco especial que son las cosas y el porro nunca llega porque los contactos se esfuman. Por lo menos me quedan el vino y el té.
Así es como termino un Domingo a la noche, gritándole(me) al techo cosas espantosas. Llorando y con todo el juego de sintomitas de pendeja histérica. Y ya basta del sintomita, y del llanto y de enojarme sólo cuando estoy sola en casa. O empiezo a decir las cosas que quiero vomitar o esto se va al carajo.
Me estoy saliendo de eje de vuelta y ya no me importa nada. Lo único que quiero es que sea primavera de una buena vez por todas.
Las cosas no están bien y lo único que me resuena en la cabeza es un "qué tonta".
Que no se me cruce nadie por el camino.
Qué tonta.
Qué tonta.

martes, agosto 07, 2007

Tengo un cuadernito al lado de la cama. Amarillo con lunares blancos, es horrible ahora que lo pienso. Ahí hago las listas de supermercado, anoto recetas, dibujo espirales, me dejo recordatorios de tiradas de tarot que salieron bien y también, a veces, escribo cosas que me pasan. Sí, pucha, tengo un diario íntimo.
Lo empecé cuando me mudé, hace casi 5 meses, y no tiene más que 20 hojas escritas. Hace un par de días, en el limbo de mi estado gripal, lo agarré, pero no para escribir sino para leer. Parece que "Muchacho no es como Mr Blonde en montóooooon de sentidos", "...Pero y qué tenemos en común? que los dos escuchamos Le Tigre?", "Cuando lo veo está todo super bien, pero cuando no está, todo el concepto de él me resulta un poco soso" y el revelador "No le veo mucho futuro a esta cuestión, estamos en planos diferentes" a sólo 5 días de la ruptura.
También lei muchas cosas lindas, claro que sí, pero siempre terminaban con algún "pero" o una frase completamente desesperanzadora.
Me dio un poco de nostalgia. Más que nada esa cosa de no sentirme sola 24x7, de poder agarrar el teléfono a cualquier hora para decir y escuchar cosas lindas, pachorrear en la cama hasta las 3 de la tarde de un Sábado o tener a alguien que me acompañe hasta la parada del colectivo que me trae al trabajo.

Pero no extrañé ni extraño.

Hoy recibí mail de Muchacho. Que el diálogo no es lo suyo, que me pide perdón si fue brusco, que a veces no se puede hacer cargo de las consecuencias que tienen sus acciones, que me desea una buena vida y que me debería querer un poco más porque me doy muchos palos.
Y me saqué un peso de encima. Y me siento bien, re bien.

Además, mañana me voy a comprar un brand new sommier.
Yo creo que la vida me está sonriendo.

lunes, agosto 06, 2007

Mi especialidad en la cocina es el guiso de lentejas.
Ya estoy lista para tener nietos.

No, en serio. Ayer a la noche, después de no haber salido de casa por casi 48hs, me fui al super y compré carne, cebollas, morrón, papas, lentejas, panceta y el resto de las huevadeces que compro cada vez que voy a Disco.
Dos horas y media después estábamos en nuestra cocinita con Nat, a pura onomatopeya.
Y hoy me traje lo que había sobrado al laburo.
Soy tan feliz, tan feliz. Y me siento tan pesada, tan pesada.

jueves, agosto 02, 2007

La reivindicación de Mr. Blonde (II)

- Tomá la leche que se te va a enfriar.
- ....
- De qué te reís?
- De que no me dicen eso desde que soy un nene...

Un rato después...

- Tomatelá que se te va a enfriar!!!
- Voy a tener que usar doble forro me parece.
- Eh?
- Porque tenés unas ganas terribles de ser madre.

Y me mantuve en conchuda mode un rato más, sólo para no darle el gusto de largar la carcajada. Tiene ese don, el que hace que no te puedas enojar con él.

martes, julio 31, 2007

Esta es Isa, la gata. Se muda el lunes y no creo que la extrañe mucho. Estoy hablando de un animal que se la pasa maullando y me mira como acusándome de algo, que se me para en el marco de la ventana en el medio de la noche para asustarme y entra a mi cuarto por la puerta, muy seductora ella, sólo cuando hay un hombre dentro. De más está decir entonces que la gata casi nunca entra a mi cuarto.
También podemos ver la escalera que lleva a mi cuarto, esa que cada vez que llego medio borracha a casa se me convierte en una especie de Aconcagua móvil. Ni hablar de cuando tengo que bajarlas en estado de ebriedad, un día de estos voy a terminar mal, lo presiento.


A pedido de tacho, unas fotos de mis libros. Las tenía de antes, así que no es una foto de la biblioteca propiamente dicha sino la demostración de que las fotos me salen movidas y de que nunca encontré la función para que salgan como la gente.

Hay una sección "no sé cómo carajo llegaron estas cosas acá" y otra "nunca te pude terminar de leer". Saramago, García Márquez y algunos best sellers entran en la primera categoría; El proceso de Kafka (me faltaban 10 páginas nada más!) El Golem (me debe haber aburrido) y El retorno de los brujos (por embolante) en la segunda.

Esta es la parte "tengo un sueldo y me compro libros". O sea, lo que vengo leyendo últimamente. Mucho Auster, algunos de Hornby, Yoshimoto, Irving, Puig y demases.

Y lo que ven abajo, la zona "mi mamá es astróloga, qué le voy a hacer" (bueno, el de cine sonoro no...). Grafología, tarot, constelaciones familiares, zen y astrología. También están los que me quedaron de la facultad: algún Freud, mucho Piaget, psicología de grupos y todas esas cosas que ya nunca volveré a leer.
Faltarían por retratar "oh, sí, yo también leo a los clásicos", "they say I can read english literature but I'm not that sure" y "cuando era más chica quería ser beat" pero no, me da paja.
Qué maravilloso que es conocer todas estas cosas del pequeño mundo de Cel, no?
No respondan.