Demasiadas mujeres en un lugar pequeñito. Humo de sahumerio y muchas copas de vino esparcidas por ahí.
No me siento del todo cómoda en esas lecturas. Comparto un cierto código con las mujeres que elegí fueran parte de mi vida, pero tengo que asumir que el resto me genera bastante repelencia.
Tanto corte de pelo masivo, tanto abrazo, tanto morral de cuero, tanto lente con marco negro y grueso. Sé que hasta cierto punto soy una más pero también sé muy bien que nunca podría pertenecer.
Ellas son perras incomprendidas que buscar al amor de su vida mientras viajan en bondi y yo... Yo creo que todavía no creo en eso del "amor de la vida".
Ellas son lesbianas que se informan acerca de la realidad femenina en los países de oriente y yo... Yo no abro el diario salvo para ver la cartelera de cine.
Sus performances son intencionadas, a mí me sale la Lucille Ball de adentro sin que pueda detenerla.
Y cuando ya quiero salir corriendo para llegar a mi casa y tomarme una chocolatada, las luces apuntan a Nat, que está un poco nerviosa y tiene los rulos resplandecientes. Lee y nos cuenta sobre las tetas de su abuela.
Me emociono más de la cuenta y los ojos se me llenan de lágrimas. Vienen los aplausos y todas la abrazan.
Yo me quedo sentada y prendo un cigarrillo mientras la miro desde un costado.