martes, agosto 22, 2006

Pensaba que el drunk mail era la trampa más peligrosa en la que se podía caer...
... Hasta que me di cuenta de que mi memoria es capaz de atravesar la barrera de la borrachera y recordar celulares a los que llamé, como mucho, tres veces.
Una vez más... Gracias, gin tonic. Muchas gracias, eh!

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