Hace un tiempito, estaba en la terraza de una de esas casas devenidas en centros culturales y un chico que es tan dulce como deseable se me acercó un poquito a la oreja derecha para decirme algo. Mientras el aliento cálido me pegaba en el cuello y yo me ponía un poco nerviosa -como cada vez que un muchacho lindo se nos acerca un poco más para decirnos algo importante al oído-, me dijo que la libertad es saber para qué vino uno a este mundo y animarse a serlo.
Bueno, a veces, cada vez más seguido, me da la sensación de que estoy empezando a vislumbrarlo. Y sonrío.
4 comentarios:
pasa en las películas, le pasa a Cel
leí varias entradas ya pero creo que nunca comenté nada.
me gusta mucho tu blog. eso.
un beso :)
Criatura, ay, ¿viste? estoy en la cresta de la ola.
c., gracias =)!!!
¡Bien ahí, Cel! ¡Bravo por esa sensación!
Que cada vez pase más seguido.
Abrazo.
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