jueves, junio 15, 2006

Justo cuando pensaba que la única alegría que me podía dar Villa Crespo era poder comprar sandwichs de miga de pastrón y pepino, me entero de que a la vuelta de casa hay un karaoke de unos chinos. Parece que lo clausuraron por ruidos molestos, pero tengo fe. Sé que va a volver.

Mi abuela me decía hace unos meses "ojo que los chinos mafiosos esos se tirotean a la madrugada".

No hay comentarios.: