sábado, septiembre 24, 2011

Me subí al 140, me senté en uno de los asientos contra la ventana, me puse los lentes -que tienen el marco turquesa y me hacen lucir como un personaje de Gasalla-, cerré los ojos y empecé a quedarme dormida cuando me dio la sensación de que parte de mi pollera estaba ocupando el asiento de al lado. Si alguien quería sentarse, tenía que correr la pollera, o sentársele encima. Y si ese alguien era tan neurótico como yo, la iba a pasar mal. Entonces, estiré la mano para meter la tela que imaginaba sobrante debajo de la pierna y seguir durmiendo. Ni siquiera atiné a abrir los ojos, manoteé y listo.
De pedo que no le agarré el pito al pibe que se había sentado al lado mientras yo pensaba en todo el asunto de la pollera. Fue un roce intenso, pero de ahí no pasó.
Pobre, estaba de jogging él.

5 comentarios:

Amarula dijo...

jajajajaja. Siempre me gustaron las palabras manotear y jogging.

La Criatura dijo...

traqueteo de bondi, joguineta y manoteo "sin querer", combinación peligrosa

Ale dijo...

con los ojos cerrados... claaaaaro....

Cel dijo...

Amarula, "manotear" puede ser muy pecaminoso.

Criatura, espero que la haya pasado bien el pibe.

Ale, cuando cierro los ojos se me intensifican los otros sentidos.

Guillermo Altayrac dijo...

Jajaja... Genial.

Boluda, ¿sos tan neurótica que estando en el otro lugar no hubieses corrido la pollera de la persona dormida?
Yo era así, antes, también. Ahora ya no. Casi te diría que lo contrario.
En cualquier momento me pegan una trompada en el medio de la cara.