"Bienvenida al mundo" me dijo mi madre mientras revolvía el café. También hizo una retrospectiva de mi historial académico-laboral ponderando mi capacidad de elegir placer sobre deber.
Durante tres días me olvidé del culebrón kafkiano que es mi vida no-romántica.
Nadie me dijo que iba a ser así.
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
7 comentarios:
"¿Pero cómo tener un diálogo civilizado con el ser bárbaro, instintivo, inhumano que era la madre? ¿Cómo se las habían arreglado los hombres que lo habían precedido? Una madre era una criatura que tenía muchas capas de vida superpuestas, el antes y el después no sólo del parto sino de todos los estadios de la exigencias, y seguían vigentes en ella. Todo lo que dijera tendría que multiplicarse por la cantidad de capas de representación existencial, y nunca podría estar seguro de acercarla a la profundidad en que cada argumento podía hacer efecto."
César Aira no miente.
Si lo habré confirmado, mirá
Hola Cel.
Jules, hola... changos, qué cita! pero qué cita que me dejaste!
mucha razón Aira. muchísima.
mencantó.
Me perdí de algo..?
uh, qué bueno que te ponderen la capacidad de elegir placer sobre deber... a mí me la critican, y sino me la critican, el deber mismo me lo hace saber.
Sí, es tremendo. Cuando lo leí no lo podía creer, mi madre puede ser fatal también, sin ningún tipo de contemplación,
pero me quiere, eh?
jajaj
beso Cel,
Dolo, ay, me puse medio críptica, no me di cuenta. cuando pase el momento este, tal vez escriba algo al respecto. la cosa es que mi madre ofició de madre y me hizo sentir muy bien.
Criaturita superyoica, yo no soy quién para decir que placer debe tener más peso que deber... pero de vez en cuando está muy bien.
Jules, podría decir lo mismo de la mía, y nos queremos infinitamente.
beso
¿superyoico yo? ¿yo? ¡pero si yo no hablo mucho de yo! ¡no debo ser yo el que habla mucho de yo! no, yo no.
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