Cuenta mi madre -con una cuota de orgullo que nunca terminaré de comprender- que cuando era chiquita y alguien se acercaba a decirme "pero qué linda nena" yo levantaba un dedito y respondía "pero también soy inteligente"; todo el mundo se reía y yo me sentía mil porque qué bien se sentía eso de hacer reír a los demás. Ya un poco más grande, en la primaria, preferí juntarme con los ñoños y nunca llevarle el apunte a las niñas de ojos claros y pelo rubio y sedoso; en los recreos me iba a la biblioteca, porque siempre me costó un poco relacionarme, pero más que nada porque la sola idea de tener que jugar al elástico o ponerme a saltar la soga me hacía sentir náuseas. Entrando en la pubertad lo vi muy claro: yo no era de las nenas lindas, ni siquiera de las simpáticas o las pícaras. Sin embargo, no me alarmé, sino que tomé una decisión y me hice cargo de mi destino: si no iba a ser de las lindas, iba a ser de las copadas. Fue así que atravesé la adolescencia escondiendo el sufrimiento y observando atentamente a mis pares. Fue una época de mierda, pero siempre estaban los rusos para sentirme consolada, que la pasaban peor (gracias, Fedor, gracias, Leon). Y si bien no compartía esa necesidad de andar abrazándome con cualquiera -no hay nadie que se abrace tanto como el adolescente promedio- o de andar armando culebrones con compañeritos de divisón, fui entendiendo cómo venía la mano. Así que cuando me liberé de la educación media, ya tenía más o menos en claro cómo funcionaba la cuestión. Dediqué los años siguientes a la experimentación vincular y la cata de especímenes masculinos de todo tipo. Porque no se pueden sacar conclusiones acertadas sin una muestra representativa.
No soy de las lindas, pero tengo un sentido del humor a prueba de todo y la risa fácil. No soy de las lindas, pero el cosmos me compensó por esto con una delantera generosa. No soy de las lindas, pero soy curiosa y me gusta ver qué hay más allá de los límites. No soy de las lindas, pero después de garchar te puedo contar el argumento de Los Hermanos Karamazov. No soy de las lindas y justamente por eso pongo un esfuerzo extra en todo lo que hago.
No soy de las lindas y si bien a veces me miro en el espejo y me pesa hasta en el alma, en general lo llevo con altura.
No soy de las lindas, y si no ser de las lindas me convirtió en esto que soy hoy... Bueno, me da un poco de vergüenza reconocerlo, así que mejor no digo nada.
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
12 comentarios:
Me gustó!
sos una diosa besos
ay mi cel
no sos de las lindas, sos de las hermosas
te amo este texto
Pato, qué bueno que así haya sido!
carlos, agradézcole.
secre, rubor en mi rostro. no soy linda, pero saco diez, canejo!
jajaja ¡me encantó el gauchismo ñoño!
pero a mi (en potencial) post garche contame el argumento de la última de brus guilis o de yenifer lopez...
(¿el cosmos te comprensó o te compensó?)
Yo te entro como loco, Cel.
Criatura, mirá que en los Hermanos Karamazov hay dos chicas que se besan... pero, ojo, nunca desmerecería las pelis de brus.
(gracias por la observación, ahí corregí)
Juan, jaja. qué bueno saberlo.
"No soy de las lindas, pero después de garchar te puedo contar el argumento de Los Hermanos Karamazov"
poné eso en la sidebar de tu facebook y movés montañas.
PD: aguante Ivan carajo.
Este post no es del todo justo con vos! Sos mucho mas interesante que esto. Ah! Y te falto aclarar ciertas habilidades... por ejemplo, culinarias. Beso,
Soria, primero debo decir que debo ser una de las pocas que no usa el fb para levante, no entiendo cómo es que hace el resto de la gente. y segundo, aguante, carajo!
Ale, aaaw, sos un amor vos.
Alguna vez leí la frase "seducción nerd" en alguna parte. Yo no creo que aplica sino que funciona.
Beso!
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