A los catorce años encontré una campera de corderoy bordó (o bordeaux, lo que sea) y no me la saqué en dos años. Porque los adolescentes son así, les cuesta desprender. Tenía corte de campera de jean y cuando se terminó la primavera de 1998 mi mamá me la tiró porque los puños se estaban deshaciendo en hilachas. La combinaba con mis oxford azul oscurísimo que tenían las botamangas hechas bolsa y las All Star azul marino que tenían la suela escrita con bic azul. Linyera desde la más tierna juventud, sí, señores. Si hacía calor, remera lisa, manga corta y de color estridente; como mucho, rayas. Si refrescaba, suéter escote V -petróleo o verde botella- que robaba del placard de mi abuelo. Le robaba la ropa a mi abuelo. Linyera, muy linyera lo mío. También tenía un pullover naranja que tenía agujeritos hechos POR LAS POLILLAS que tenía que ponerme a escondidas de mi madre porque cada vez que me lo veía armaba un escándalo. Me pintaba los ojos de azul -rimmel y delineador- y abusaba del Angel Face. Y el pelo, qué tema el pelo. Elaine Benes, Felicity (season01), Shakira recién llegada a USA, Cher, Carrie Bradshaw, Medusa; una mezcla de todas ellas. Cada noche me hacía unos rodetitos a lo huérfana de Cris Morena en toda la cabeza y me los dejaba durante un par de horas. Después del tratamiento me quedaban unos bucles que no puedo explicar, una belleza. Siempre se cerraba el asunto con media cola bajita y unos mechoncitos del frente enmarcando la cara.
Hoy me miré al espejo antes de salir y ahí estaba yo, con el pelo igual de salvaje que a los quince: puro volumen y frizz.
Sonreí, porque es como si mi cabellera entendiera mis estados de ánimo y se comportara acorde a eso. Porque, últimamente, no adolezco, pero me vengo sosteniendo en un estado de ensoñación quinceañeril que genera ternura en todos los que me aguantan.
Me gusta.
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
2 comentarios:
Yo me veía divina con mi fleco peinado con secadora, cepillo redondo y 6 litros de AQUA NET spray, con dos tonos de piel mas claros que el mio por las 38 capas de Angel face y mi panti blusa que dejaba adivinar mi cuerpo de barril del chavo del 8.
Awww que tiempos aquellos sin sentido común y sin todos los programas de "fashion emergency" y "no te lo pongas" que hay ahora.
Gracias Madre naturaleza que me hiciste crecer y gracias E! entertaiment TV.
que bueno recordar la adolescencia y revivirla sin sufrir, y más aún que te guste!
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