sábado, julio 18, 2009

- Ahí llegó tu tesoro.
- ¿Eh?
- El pedido de Anagrama.
- Yaaaay.
- Sí, ¿por qué no le ofrecés a la gente otra cosa que no sea Anagrama?
- ¿Tusquets?
- ...

Libros, por todos lados. Libros de todo tipo. Usados y nuevos. Cubiertos de polvo, limpios, con olor a biblioteca de abuelo. Libros estúpidos que hacen pensar en el futuro de la edición. Contratapas atrapantes e ilustraciones fascinantes. Primeras ediciones y antigüedades. Libros agotados, inconseguibles y que yo puedo tener en mis manos. Libros amontonados en pilas que se bambolean sin caer nunca, haciendo equilibrio. Libros rotos, con las hojas desprendidas. Best Sellers, clásicos, literatura snob, libros olvidados. Joyce, Robin Cook, Auster, Kerouac, Amis, Cassirer, Freud, Kierkegaard, Danielle Steel, Manuel Puig, Márai, Siri Hustvedt, Alejandro Dumas, Chimoy, Fabio Zerpa, Horacio Quiroga, Sábato, Garcia Márquez, Grisham, y miles más. conviviendo.
Libros en todos lados.
Y sonará cursi, pero entro acá y, de repente, los problemas se esfuman durante cinco horas.
Es raro, nunca me había sentido feliz en un trabajo.

4 comentarios:

nadie dijo...

eso pasa cuando tu jefe lee el blog.

te condiciona

Anónimo dijo...

La próxima fantasía va a ser con tu jefe cogiendo entre las estanterías después de hojear un libro de dermopatología.

Anónimo dijo...

It´s my bed and I crap if I want to.

Cel dijo...

Tacho: nonono. primero, que no lo lee más. segundo, que de seguir leyéndolo, no me condicionaría más de lo que me condiciono yo sola en general. tercero, un beso.

Anónimo: ya tengo esa fantasía, pero no con mi jefe.