jueves, enero 06, 2011

Un taurino neurótico, sin amigos, todavía prendido del fantasma de su ex; pero cómo me hacía reír. Un virginiano apagado, simple, con una extraña obsesión por las tetas. Un capricorniano de ojos increíbles y gran corazón, bueno en los papeles y absolutamente inocuo. Un libriano que ya se ganó todo mi cariño. Un geminiano que constryó en su cabeza una Celeste que no tiene nada que ver con la real, que no entendió nada de nada. Un pisciano lindo, tan lindo; lindo desde todos los ángulos; inspirador, estimulante. Un acuariano que podría ser mi padre; ni mi amante ni mi amigo, sólo mi padre. Otro capricorniano, uno que será siempre un enigma.
Ese fue mi 2010 desde la mirada astrológico-romántico-sexual. Desparejo, desprolijo. A veces aburrido y otras, completamente sorprendente.

El sábado que viene se abre la temporada 2011 con cena-cine acompañada de un acuariano aficionado a la astrología que todavía no sabe que en mi espalda están tatuados los regentes de su signo solar, lunar y ascendente. Un hombre que podría decodificar los símbolos y sorprenderse en vez de preguntar por qué me tatué un número 4 con una sonrisa sobradora y estúpida dibujada en la cara.

Como díriía mi amigo y consejero, yaveremos.

Deséenme suerte.

3 comentarios:

ene dijo...

esperemos que este año entonces sea más sorprendente que aburrido

La Criatura dijo...

no, no, cel, ¡la obsesión por las tetas no tiene nada de extraño!

suerte con horangel

Cel dijo...

ene, probablemente lo sea, le tengo fe.

Criatura, yo entiendo la obsesión por las tetas, no tengo drama con eso. pero lo de este hombre era algo que ya cruzaba la línea de lo normal.