Es un hecho. Se nota que empiezo a querer (o que al menos empiezo a tomarle un poco de respeto al vículo) a un chico cuando lo empiezo a llamar por su nombre y deja de ser: el nerd, el físico, el policía, el fóbico, el profesor de, el pendejito, el publicista, el médico, el grandote, o lo que sea que haga o sea que lo caracterice.
5 comentarios:
Cel, permitime que te diga, que no estas sola...
jaja, con mis amigas hacemos exactamente lo mismo!! Siempre algún apodo hasta que la relación se vuelve mas seria y ahí se transforman en personas reales.
bere: mejor así entonces. Yo sabía que no era la única!
pau: a ver... el apodo más gracioso que hayan puesto?
Veamos, "Rollers" (porque la primera cita fue a andar en rollers), "dulce de leche" (porque tenia una fabrica de dulde de leche), "boliche" (chico de la noche)... son los que me acuerdo ahora! :)
llame a las cosas por su nombre ... bueno, esta no es una cosa, no? sin querer le dije otro apodo: la "cosa", oiga: que la quieran bien (eso decían las abuelas).
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