El lunes, mientras Sol lavaba los platos.
-Che ¿y El Innombrable?
- Hace más de un año que no lo veo.
- Qué loco, ¿no?
- ¿No saber más nada de él? Sí, pero por otro lado se siente como lo más natural del mundo.
Hoy al mediodía, en el local de Flor, mientras me hacía unos masajes.
- El otro día vino un paciente nuevo, me hizo acordar mucho a...
- ¿A...?
- Bueno... a ese que no se puede nombrar.
- Nah, ya fue. Decilo, Flor. Un paciente que se parecía a Nico.
Porque hace rato ya que dejó de ser Mr. Blonde o El Innombrable. Es Nico, un tipo con el que compartí infinidad de cosas durante unos años. Y medio que nada más. El seguramente está de novio, trabajando, haciendo sus cosas. Y yo también -el noviazgo se los debo-; y listo. Ya no fantaseo con cruzármelo en la calle, ir a tomar un té para ponernos al día y que él termine confesando que no se perdona haberme dejado ir. Ni imagino encuentros de acá a diez años en los que yo le cuento de algún hombre con el que estoy en pareja y muy feliz y él, derrotado, confiesa que no se perdona haberme dejado ir. Muy monotemática siempre fui en lo que respecta a este asunto.
Entonces ya puedo ver películas sin dejarlas por la mitad para acordarme en qué contexto la habíamos visto juntos. Y volví a escuchar canciones que estaban completamente vedadas. Estaba segura de que nunca más en la vida iba a poder volver a escuchar Bob Dylan o Frank Sinatra; pero miren como puedo, no se me mueve un pelo. Estaba segura de tantas cosas... él iba a ser el ancla que no me dejara conocer a otros hombres, porque, claro, nadie le llegaba ni a los talones. Y él tampoco iba a poder ¿dónde iba a encontrar a alguien como yo? ¿Cómo continuar cada uno con su vida si era tan obvio que teníamos que estar juntos?
Cienco meses de celibato y encierro fueron sólo el principio. Después, empecé a salir de vuelta, ni siquiera intentando sociabilizar, simplemente observando. El siguiente paso era acercarme, dejarme avanzar; ahí fue cuando le empecé a tomar el gustito. Y seguí, metiéndome en lugares que antes me tenía como prohibidos, conociendo, diciendo cosas que jamás había dicho, volviendo a sentirme cómoda en mi propia piel. Ahora estoy ahí, disfrutando del hecho de no desconfiar de cada tipo que se acerca, dejando que invadan, haciendo mis movimientos yo también; entro oficialmente en el juego.
Che, Nico, si por casualidad estás leyendo esto, perdoná por revelar tu identidad.
Es que ya no sos Batman. Sos Bruce Wayne.
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
8 comentarios:
Absolutamente picante!! necesitaba ese toque!
hermoso! me encantó, te felicito...
Ani, te parece picante?
Otra vez viajar al olvido, gracias...
Es un cierre, como el que me dijeron en Friends que hay que hacer, o como lo hice en uno de mis blogs...tiene algo de lo que acabo de leer.
http://eustaquismo.blogspot.com/2009/07/la-cama-y-el-karma.html
Fuera del spam no permitido, me encantó!
No te creo, con amor, pero no te creo. Eso sí, creo que vos lo crees.
Picante el estilo que ponés vos!
hermoso!
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