En una situación de atracción normal hacia el otro, el promedio es de 3 cigarrillos por hora. Si el tipo me gusta mucho, no paro de tocarme el pelo y la ansiedad motriz es canalizada en forma de incontables bucles. Si el tipo no me gusta nada, tiendo a callarme la boca, mirar mucho para todos lados y prender un pucho cada vez que se avecina el monstruo del silencio incómodo.
A no ser que se trate de uno de esos encuentros en los que los dos nos emborrachamos y yo termino contando anécdotas vergonzosas prendida de un gin tonic. Ahí fumo como descosida y termino revolcándome con el flaco; es curioso, porque si el hombre en cuestión no me gusta, es como si todo mi organismo se pusiera en guardia y no hay manera de que me ponga en pedo. La naturaleza es sabia.
Vengo de tomar un par de pintas y fumar 9 cigarrillos. 2 horas: 9 cigarrillos.
Necesito conocer a un muchacho divertido YA.
2 comentarios:
¿pintas? ¿a donde fuiste? ¿a manchester?
Criatura, ojalá. las tomé en palermo nomás.
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