jueves, febrero 08, 2007

Dentro de un mes me toca tomarme las vacaciones.
Elegí Marzo porque para Diciembre estuvo Córdoba y el resto de los meses vacacioneros me caen mal, terriblemente mal. Toda esa gente amontonada en la playa, amontonada en el arroyo, amontonándose tan pancha, como si la estuviese pasando bien aunque su aura esté invadida por la espalda sudorosa del señor de al lado. Haciendo cola para comprar churros, haciendo cola en la heladería, haciendo cola en el camping para bañarse, haciendo cola en el hotel para hacer el check in. El amontonamiendo y la espera me irritan. No hay vacaciones si hay amontonamiento y colas.
El primer destino que elegí fue Rosario. 10 días en alguna habitación del Savoy, sola, con la laptop, muchos libros, muchos chocolates y muchos dvds. Relajarme, salir a buscar libros, a comer wafles, al cine, a caminar. Ya estaba todo cocinado, sólo me faltaba hacer la reserva. Hasta que un día apareció Laura y me propuso Mendoza.
Así que ahí estamos. Ella llama a la casa de la provincia, averigua sobre hostels y campings y compara precios de excursiones. Yo solamente pienso en las bodegas y la cantidad de vinos que voy a probar.
Necesito vacaciones. Ya. Ya. Ahora.

2 comentarios:

Living Dead dijo...

Cómo se hace para tomarse vacaciones de uno mismo?

Mientras busco la respuesta, te leo.

Y si. Mendoza es un buen comienzo.

Saludos.

Cel dijo...

living dead: Uh, pero mirá con lo que me venís... ojalá supiera cómo se hace eso! y de esas vacaciones no sé si volvería.
Un abrazo!