viernes, noviembre 30, 2007

Estoy enamorada de Seymour Glass.
Obvio, era obvio que de todos los Glass me iba a gustar el ex niño precoz, más precoz que el resto de sus hermanos. El que tenía frio en los pies cuando no dormía. El hombre que se suicidó en Florida, el que escribía haikus sobre Yates. El que no quería hacer psicoanálisis. Pero por sobre todas las cosas, el que casi deja plantada a su prometida el día de su boda.
O capaz que me enamoré de J. D. Salinger, todavía no sé.
¿Por qué no escribió más?

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