lunes, febrero 14, 2011

La vida no para de darme indicios de que ya estoy medio vieja. Todos los días encuentro una nueva cana, me duele en el cuerpo salir dos días seguidos, tiendo a prejuzgar a los jóvenes; esas cosas.
Me pasa esto y creo que mientras no se me caigan las tetas voy a llevar todo el asunto con bastante decencia. O no. Porque la vida te da sorpresas. Sorpresas horribles.

Hace un par de noches estaba compartiendo un momento conmigo misma, o sea, no quiero usar eufemismos para decir que me estaba toqueteando, así que eso, me estaba haciendo una paja -qué poco femenino que queda si lo digo de esa manera, menos mal que mi mamá no me lee el blog, si no, me retaría- y cuando estaba a punto de subir el último peldaño que me llevaría al éxtasis absoluto, me dio un calambre en la cadera.
Un calambre en la cadera.
¿Me captás? ¿Me sentís?
Un calambre en la cadera. ¿Saben a quiénes le dan calambres en la cadera? A mi abuela. Y a otros abuelos. Y a mí cuando me toco. Porque estoy vieja. Y, claramente, me falta potasio.


En otro orden de cosas, esta es la escena ¿literaria? de mi vida, en la que yo elijo sesgar mi completitud y crear un personaje al que sólo le importa que se la pongan o la quieran un poco; las dos cosas no, tampoco la pavada, el personaje aún tiene que evolucionar (aunque, por otro lado, yo estoy a punto caramelo). Y ¿cómo no hablar de San Valentín? Digo, si tengo blog de solterita, algo debería decir, ¿verdad? Decir que odio este día, que no voy a salir a la calle porque ver parejitas me da náuseas. O extrañar a algún hombre atento y dulce. O pensar que nunca voy a conocer a un hombre que quiera y me quiera.
Pero no.
El 14 de febrero como festejo del día de los enamorados me tiene sin cuidado. Porque es el cumpleaños de mi abuela y como torta. Y si como torta, no hay manera de sentirme mal. La vida está buenísima si le ponés una porción de torta al lado. Y la vida también está buenísima si tenés una abuela como yo, que se llama Zenona, y te salva de la conmiseración de San Valentín porque cumple años y hace torta.



Un calambre en la cadera. Mi vida como la conocía hasta ahora se desmorona.

9 comentarios:

Ale dijo...

Un calambre en la cadera? En que posicion estabas? El publico te pide detalles.

ene dijo...

Como te agarra un calambre en la cadera?? A mi me paso varias veces que en el acto me agarrara en la pierna el calambre, pero una es más valiente (?) y trata de eludir el dolor

Cel dijo...

Ale, acostada boca arriba, nada extraño. debo ser espástica.

ene, yo digo cadera. si me pongo meticulosa, fue en parte del glúteo (jua, qué buena palabra "glúteo"), por la zona de la cadera, y me terminó doliendo hasta la ingle.
vos te bancás el dolor del calambre mientrás te pegás el revolcón? bien ahí! yo empiezo a gritar "meduelemeduelemeduele" y armo un escándalo.

nadie dijo...

pensar en tu vieja es de vieja,

y anti erotica al mango

La Criatura dijo...

si, no hay forma de consolarte (valga la redundancia): estas vieja.




(en la paja nunca, pero a mi en el garche se me acalanbran la planta de los pies)

Cel dijo...

nadie, hago puchero, pero también asiento.

Criatura, sos un amor vos, eh!
uh, el calambre de la planta de los pies es tremend. te pasa en el medio del polvo? te la bancás y seguís o parás todo?

La Criatura dijo...

parar nunca, rendirse jamás

bajo un cambio, me acomodo de una forma intentando que se me pase y sigo

Cel dijo...

Criatura, bien ahí, campeón!
(ja!, dije "campeón")

La Criatura dijo...

me gusta que me despeinen el remolino y me digan campeón, me hace sentir... un campeón.