En algún momento, entre los 18 y los 20 años, no recuerdo bien cuándo, decidí que nunca más -porque me encanta proponerme cosas con nunca máses y siempres- me iba a gustar un chico que no me diera bola; y respeté la decisión.
Hasta ahora.
Me siento de quince. Mirando pelis con Jason Bateman sólo porque me hace acordar al geminiano este que me tiene así, deshojando la margarita como pelotuda.
"¿Un geminiano?" diría mi madre.
Qué se le va a hacer.
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
2 comentarios:
somos los enfants terribles del horóscopo. viva la patria duplex.
Soris, sí, terribles. yo renuncio. basta para mí, esto es demasiado.
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