Llegué a la librería y prendí la pc. Hablé con el jefe sobre las novedades y volví al monitor.
Ahí estaba la ventanita nefasta.
El Innombrable pidiendo ser mi contacto de msn.
Y no, no acepté. Hay cosas de las que no hay retorno.
En eso venía pensando el último tiempo. Eso me venía diciendo la gente. Porque durante años le dediqué la mayor parte de mi energía a una relación que sólo evolucionaba en mi cabeza. Y ahora -si bien a veces extraño ciertas sensaciones-, que siento que gran parte del trabajo está hecha, puedo mirar para atrás y no entender cómo fue que dejé que sucediera. En serio: ¿cómo? ¿Cómo me hice eso? ¿Cómo le hice eso?
A veces miro para atrás y es como si nada hubiese sucedido, como si lo hubiese visto en una película larguísima e intensa. No me reconozco, no lo puedo entender; pero esa es mi visión, subjetiva y negadora. Por suerte tengo a mis amigas y a mi hermana, que en su momento me bancaron cada una de las crisis, cada uno de los llantos y no se olvidan. No se olvidan de nada. Y me recuerdan, no dejan que yo olvide, que active los mecanismos de defensa y suavice eso que me consumió durante años.
Algunas otras veces miro para atrás y lo siento todo de vuelta. El malestar en el cuerpo, la palabra siempre atravesada y nunca enunciada. El rechazo tácito. El reclamo implícito. Y también esa sensación de sentirme contenida, cobijada, comprendida. Me atraviesan el cuerpo las sensaciones, revivo y lloro, porque no puedo más que emocionarme. Esas veces son las menos usuales.
Necesito escribirlo. Necesito hablarlo. Son las únicas herramientas que tengo para no caer en la nostalgia, para no empezar a creer que tal vez sería una buena idea saber qué es de su vida. No me importa qué es de su vida, no me interesa saber en qué anda. Y tengo que repetírmelo, hacerlo mantra, porque si no la tentación avanza y las ganas de contarle lo fantástica que es mi vida sin él crecen.
No hay retorno. lo siento como algo que emerge desde lo más íntimo. Nunca más. Nunca más él. Nunca más nosotros dos juntos. Es imposible. Es impensable. No me interesa.
No, gracias.