Cuando sueño algo que no me gusta o me altera, me despierto pensando que puede ser cierto. Esa certeza puede tener durabilidad variable; a veces, demasiada.
Ejemplo primero
Cierto señor que durmió incontables noches conmigo podría testificar que se despertó varias veces por un golpe propinado por quien les escribe. Codazo en los riñones, rodillazo en la tibia, patada, empujón; utilicé varias técnicas. Resulta que soñaba que me engañaba o que me decía algo feo y cuando la angustia me despertaba, pumba, violencia física y un traumático pasaje a vigilia al son de "la puta madre, ¿pero qué te pasa?". A los pocos segundos caía en la cuenta de que había sucedido todo en mi mente y seguía durmiendo lo más pancha.
Ejemplo segundo
Esto pasó sólo una vez, pero temo que vuelva a suceder. Un día, hace no mucho, soñé que estaba embarazada; que acababa de salir del hospital donde me habían dado la noticia y que cuando estaba por prenderme un pucho, me daba cuenta de que cigarrillo-alcohol-porro no more y casi psicotizaba ante el panorama de tener a un ser humano dependiendo de mí hasta los 18 años. Al otro día -o dos días después, no me acuerdo- llamé al muchacho con el que estaba en ese momento y lo interpelé acerca de la posible rotura del forro en nuestro último revolcón y demases paranoias.
Un llamado un día de semana, a las 4 de la tarde, que comienza con "soñé que estaba embarazada" NUNCA es bien recibido. Se lo cuento a las lectoras por si no lo sabían.
2 comentarios:
no te lo puedo creer que se lo dijiste por telefono, solo por verle la cara yo se lo hubiera dicho en persona.
Despues se logró remontar o todo fue cuesta abajo?
ene, yo tampoco lo pude creer cuando tomé conciencia. soy una impresentable.
todo venía bastante cuesta abajo, de todos modos, él se comportó maravillosamente.
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