viernes, septiembre 14, 2007

Ayer tuve un "workshop" de comunicación. O sea, levantáte a las 7 de la mañana, olvidáte la billetera en la otra cartera, viajá como ganado y andá al club de Vicente López, a una cabaña para que dos tipitos, perdón, perdón, "facilitadores", te expliquen qué es la comunicación, qué es persuadir, qué es perceptividad. No te preocupes, es divertidísimo, hay "dinámicas" para que entiendas los conceptos estos.
No voy a hablar de la pobreza y chatura en las definiciones porque, es cierto, soy una rompebolas que estudió teoría de la comunicación en demasiadas materias, lo mismo que cosas como la perceptividad, el feedback y la escucha activa. El tema no fue ese, el problema fue tener que hacer este curso de 8 horas con 15 muchachos, ni una mujer. Todos muchachos. De sistemas. Todos nerds. Había uno que se ponía tan nervioso cuando quería decir algo que abría la boca demasiado grande y terminaba haciendo un gesto extrañísimo, ese me daba hasta ternura en algunos momentos. Otro que gritaba y opinaba sobre absolutamente todo, odio a los que opinan sobre todo sin tener ni idea, a ese le discutí cada puta frase. El que se sentó al lado mío era buena onda, como que el nerd de 30 años ya está medio de vuelta, encontró hobbies no relacionados con la seguridad informática y blah, esos me caen bien, me divierten, pero este había dejado de fumar hacía un par de semanas y trató de hacerme entrar en razones, que 15 cigarrillos por día era mucho y no sé cuántas cosas más.
La primera "dinámica" era hacer un dibujo sobre algo que nos representara, la mitad se dibujó a sí mismo con la laptop, algo realmente creepy. Otra era un juego en el que te vendaban los ojos, te ataban con una piola a tus compañeros y te daban directivas para levantar pelotitas del suelo, así que ahí estaba yo, vendada, atada a 10 tipos, agachándome para levantar pelotas. La última era hacer una canción sobre el "workshop", sin palabras.
Podría haber dicho que me dolía la muela y huir despavorida, pero me quedé y no canté un cuerno.

Y a la noche festejé Rosh Hashaná y comí demasiado.
Y me analista se va a vivir a Córdoba así que sólo nos quedan 3 sesiones juntos.
Y quiero matar a todos los yanquis que me reclaman cosas que no corresponden.
Y nadie quiere ir a ver conmigo Inland Empire al cine.

5 comentarios:

Julia Elena dijo...

Preguntale a tu analista dónde voy a poder ubicarlo..

Mis amigos me están "sugiriendo" (esas indirectas en las que practicamente te gritan) que busque ayuda.. ¬¬


No sé.. No los entiendo.. O sí..

Pero no entiendo por qué recién ahora me lo dicen..

Anónimo dijo...

¿De qué se trata Inland Empire?

la paseadora de perros dijo...

escribìs bien, me gusta.
lleguè a travès del joven de la empanadita china, osea Nusud.

Inland Empire?

...hiciste muy bien en no cantar.

Saludos.

.

Bella dijo...

Hay algo de toda la historia que no me cuadra. Vos no sos psico as well? Y hasta donde entiendo, laburás en un call center / oficina que dealea con yankees.

Aunque lo más probable es que esté batiendo cualquiera. :)

Cel dijo...

julita: Se va a San Javier... y mejor que vayas por iniciativa propia...

bicho raro: no sé exactamente, es Lynch, así que seguramente son 3 horas de historias que se abren y se abren para que uno al final no entienda nada.

.simona.: Inland Empire, la última peli de David Lynch.

la bella: No soy psico, dejé la carrera hace casi un año ya, y sí, laburo en una empresa con yanquis, por eso los odio.