lunes, noviembre 01, 2010

Cuando se acabó el diario para hacer el fuego del asado, bajé hasta mi cuarto, agarré esos dos que ya tenía en la mira y los llevé para arriba.
Lei una oración al azar por cada hoja arrancada, algo así como una manera de despedirme. Todo era sobre él. Mi mundo giraba en torno a una persona.
Fui haciendo bollitos y mirando cómo el fuego los iba consumiendo.
Ya al final él ni aparecía. Sí se nombraba a otros: sucesores, repetidores, receptáculos de proyección, aparentes santos griales, portadores de la salvación. Menos mal que hay otros.
Quemé mis diarios período 2007-2009, vórtices de mi neurosis. La mejor idea que me dieron en los últimos meses.

4 comentarios:

ene dijo...

Bien por vos!
Yo seguramente me lo hubiera guardado como escarmiento para mostrar mi estupidez (no por vos, pero seguramente mi diario destilaria estupidez y muchos comentarios de minitah)

Cel dijo...

ene, siempre los guardé como escarmiento, pero como no sirvieron de nada... para qué seguir castigándome?
aunque creo que lo hice para quemar todo y decir "tomá, puto, ardé en el infierno de lo no correspondido"

nadie dijo...

fuckin memoria, ahora a vivirla

Cel dijo...

nadie, no es un tema de memoria este. es un asunto de registro, compulsión y control. pero sí, a vivirla.