jueves, agosto 30, 2007

Ya van varias veces. Cada vez que salgo más temprano del trabajo lo veo.
Viaja en el último vagón y si no es así y está un poco más adelante, cuando el Mitre se acerca a Barrancas, se pasa al último. No es muy alto y es grandote, protector. Tiene un saco azul que le queda un poco corto de mangas. Usa sweaters de colores fuertes, naranja, verde, rojo. Tiene muchos rulos que se le aplastan de sien a sien porque usa esos auriculares tipo vincha, grandotes. El otro día estaba leyendo un libro forrado de un papel a cuadritos. Otro día, leía algo de Carver. La barba, siempre de dos días. Las manos grandes, toscas. Tiene lentes con marco grueso y negro, no queda ni tan geek ni tan pretensioso, vamos, que le quedan muy bien. No es lindo, es normal, bastante tierno pero con la cuota necesaria de virilidad.
Se baja conmigo y camina rápido, para el lado de Luis María Campos. Espera el 55, igual que yo, y mueve la cabeza y canta bajito bajito, casi ni se lo oye. Se sienta bien atrás y nunca mira por la ventana. Termina su viaje en Thames y Corrientes.
Amo a los chicos de Villa Crespo.

No hay comentarios.: