sábado, septiembre 05, 2009

No me avergüenza confesar que soy de esas que en el supermercado mete en el chango todas las pelotudeces que su presupuesto le permite. Frijoles refritos, aderezos extraños para ensaladas, puré deshidratado importado de Idaho, salchichas rellenas de queso, queso en aerosol, cervezas importadas de andá a saber qué país, mostazas, chocolates, tés, y cualquier cosa que capte mi atención por más de 5 segundos.
Ayer toqué fondo, compré merengadas "con juguito". Merengadas. Con juguito. Este es mi techo en la compra indiscriminada de estupideces. No las voy a comer, la próxima que salga a la calle se las regalo a algún chico.
Merengadas. Con juguito. ¿Qué se supone que es eso?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rodando descansás las piernas.