sábado, septiembre 26, 2009

Voy a echarle la culpa a la resaca, al fernet, a mi irresponsabilidad. Si estoy de mal humor es por esas cosas, por haberme quedado hasta cualquier hora sabiendo que hoy el despertador sonaba a las nueve; no estoy malhumorada porque estoy haciendo como que no estoy esperando un llamado/mensaje que sé que no va a llegar.
Qué cosas, eh, una se piensa que está curada, que ya fue eso de estar esperando al lado del teléfono, o eso de mirar fijamente el celular como queriendo hacerlo sonar con el poder de la mente. Pero no.

7 comentarios:

V dijo...

Odio esperar a que el telefono suene. Es tan girlie attitude. Tan naif. Tan de vulnerable.

Cel dijo...

ger: es la vida del trabajador, se labura los sábados.
Al innobrable no lo veo hace como un año... y nunca me puse el despertador por él.

Sherezade: Tan pendiente, tan codependiente, tan... tan...

Soria dijo...

Scherie,

¿y los hombres acaso no esperan que el teléfono suene? ¿son artrópodos acaso, con el perdón de los artrópodos?

lo que sí son los hombres es ser un poco menos ostentosos.

Cel dijo...

Soria: Eh... yo no dije que fuera algo exclusivamente femenino. Aunque algo me dice que los hombres no miran fijamente el teléfono, pidiéndole que suene.

Soria dijo...

mi dearest Cel,

mi airado comentario fue en respuesta a lo que dijo Scherezade, por su "girlie attitude", en un intento, quizás explosivo, por desbarrancar ciertos mitos que no favorecen a ninguno.

Soria dijo...

aunque quizás sí sea cierto que los hombres no *miramos* el teléfono exigiéndole que suene; sí que lo deseamos y desesperamos.

Cel dijo...

Soria: Estoy completamente a favor del desbarrancamiento. Brindo por la desmitificación!