La mañana empezó bien, una mañana más. Snoozeé hasta el límite, me bañé, comí un durazno, me vine para la librería, todo normal; la rutina del 36, bajarme en Charcas, hacer siempre el mismo camino, este día en particular con Eddie Vedder de fondo.
Pero en el momento en que mi jefe me dijo "me voy para casa, vuelvo en unas horas" y se fue, un vacío. Ni tristeza, ni angustia, la nada. Ganas de la nada; de despertarme y que ya sea marzo, para tener que trabajar 11 horas por día y no tener tiempo de pensar en nada. Abulia.
Y cuando estaba por mandarle un mail a mi amigo y consejero para contarle que ayer a la noche fui a ver la de Benicio del Toro haciendo de hombre lobo y me quedé completamente dormida en la butaca, un mail en la bandeja de entrada. Hoy se suspenden las clases del profesorado por falta de agua.
Salgo del trabajo a las cinco de la tarde y ¿qué hago? ¿qué hago con esta apatía y una tarde libre?
De veras, ¿qué hago?
No me sale llamarlo "eso"
Hace 12 años.
1 comentario:
y por ahí te fumas un porro y vas tirando.
si, ya sé, no soy un groso para los concejos
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