miércoles, mayo 19, 2010

Como el lunes estaba de relativo buen humor, no me convertí en Medusa cuando una quinceañera vino a pedirme La Vara, de Moliera (sic) y Bolas de Sangre, de García Orca (oh, my, sic) (sick). Fue al final del día, sabía que después me iba a tomar unas cervezas con gente linda así que no pasó de ser una más de las burradas de los pibitos estos palermistas.
Pero. Ay, siempre hay un pero. Hoy me levanté llorando y enojada. Enojada con mi madre por no querer saber qué es de mi vida, con mi padre por nunca ser capaz de levantar el puto tubo del teléfono para saludarme, con mi jefe por pagarme chirolas, con un muchacho por tratarme decentemente y después desaparecer, con telefónica por despertarme a las once de la mañana, con el mundo por ser mundo. Y mientras hacía ejercicios de respiración para no largarme a moquear en el medio de la librería vino un muchachito en su uniforme azul y gris a pedirme "1834". Le entregué 1984 con desprecio y una cara muy particular que suelo poner cuando estoy de estos humores tan poco amenos y que un día de estos va a hacer que alguien me pegue un bife por ser tan asquerosita, estoy segurísima.
Estoy ahí, al borde. No sé al borde de qué, pero se presiente el límite.
Que no me busquen.
En serio, que no me busquen.

8 comentarios:

lali balbi dijo...

sos mi border favorita

exseñoM dijo...

Yo quiero saber en qué librería trabajás para sí buscarte.

exseñoM dijo...

Che, ¿quedó medio tortón mi comentario?

Cel dijo...

secre, qué amor! abrázote!

sritam, no no, nada de torta, esto es curiosidad bloggeril, la librería está en Salguero y Charcas, si ve a una chica con cara de ojete, pues esa sono io.

nadie dijo...

lobo...esta?

ene dijo...

el problema es que trabajando en una libreria estás muy expuesta a la estupidez de la gente, yo no se si duraria tanto como vos

Ale dijo...

Bolas de Sangre de Garcia Orca tendria que alegrarte el dia, no arruinarlo! Beso,

Cel dijo...

nadie, me vas a encontrar, eh

ene, no sé si es que hoy estoy que veo todo negro... pero me da la sensación de qué en cualquier lado estamos expuestos a la estupidez de la gente.

Ale, imposible, mi querido, me angustia profundamente la ignorancia de nuestros adolescentes.