miércoles, mayo 26, 2010

En el principio del principio, el tipo se quejaba, decía que las mujeres éramos todas unas rompebolas que nos quejábamos por ser tratadas por ser sólo un par de tetas. Yo me reía y acompañaba la risa con la sensación de que hay algo en los virginianos misóginos que me atrae de manera enferma. Le tuve que explicar que no, que sí soy minita, pero que quejarme por ser sólo un par de tetas, nunca, eso nunca.
Después entendí todo. El tipo no había usado una frase al azar. El tipo dijo "se quejan de que sólo son un par de tetas" porque su obsesión con las gomas es algo que yo nunca hubiera imaginado posible y que probablmente puso incómoda a más de una. Pero fetiche, eh, no exagero. Estoy hablando de una fascinación inquietante, de un deseo irrefrenable, una pasión desbordada. Me sentí halagada, porque es de conocimiento público que soy una tetacéntrica, y hasta imaginé un futuro juntos, en el que él halagaría mi pechera hasta hacernos viejitos y desdentados. Pero mi euforia creció a razón inversa de su manía por mi escote y terminó por agotarse después de unos ruegos muy penosos en los que me pidió por favor -dijo "por favor", es una cosa de no creer- de vernos, o de ver mis tetas, que para él era más o menos lo mismo.
Así fue como llegó el momento en el que le tuve que decir que no, que yo no era sólo un par de tetas; claro que sin usar esas palabras, me inventé unos dolores un día, unos malhumores otro y la cuestión quedó suspendida en la nada desde marzo hasta hace unos días.
Y qué sacada andaré que casi le digo que sí al loco de las gomas cuando me invitó con un combo irresistible -al menos para él-: ir a una jam -él a tocar, yo a cantar-. para después pasar por su casa y deleitarnos con los placeres que puede proporcionar mi delantera. Casi que casi.
Por ahora.

3 comentarios:

La Criatura dijo...

"porque es de conocimiento público que soy una tetacéntrica..." jaja, un gran concepto

Ale dijo...

Al final no hay nada que les venga bien...

Cel dijo...

Criatura, ha visto? lo postuló mi amiga dedé hace unos cuantos años y no pude más que darle la razón.

Ale, yo pensé lo mismo. sabés que lo reconozco... creo que lo vería de vuelta para escribir las crónicas del tetafílico. ¿vos qué decís?