martes, octubre 27, 2009

Después de un domingo de amigos en casa, mi cuarto quedó hecho un auténtico chiquero. Una caja de pizza con colillas dentro en el suelo, vasos tirados por ahí, papeles, ropa sobre el puf, ropa sobre el sillón, el colchón de huéspedes convertido en un amasijo de sábanas y zapatos y zapatillas por todos lados.
Me dio paja ordenar ayer a la noche. Me dio paja ordenar hoy a la mañana y cuando salí de la librería me las ingenié para no volver a casa.
Llegué hace un rato y mi hermana estaba checkeando mails en esta misma cama.

"Me iba a poner a ordenar un poco, pero después me acordé de lo de las zapatillas y pensé que mejor no"
"¿Qué zapatillas?"
"¿No te acordás? Cuando éramos más chicas, un día te lavé unas zapatillas y vos te pusiste de las chapas porque las tenías sucias y escritas a propósito"

Cierto, las zapatillas. Unas All Star azul marino que usé desde primer año hasta que se deshicieron en el viaje a Tilcara, tres años después. Mugrientas, rotas, mis zapatillas preferidas -después de las adidas bordó que mi vieja me tiró a la basura después de una vuelta olímpica en la que volví con huevo y mostaza de pies a cabeza- cuando era una adolescente rotosa que usaba sweaters apolillados.
"THE DOORS" tenía escrito en una. "LED ZEPPELIN" en la otra.
Con el loguito y todo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

los blogs son para gente que ya no tiene fuerza para hacerse la paja

magenta dijo...

uhh mi ma me metio a la lavadora mis converse rosas y cuando salieron el color se destiño! la odie!!!!
saludos!