martes, octubre 27, 2009

Hoy es un día para llegar a casa, prepararme alguna boludez para comer, mirar una película (tengo esperándome una con Adrien Brody desde hace días) y meterme en la cama a escribir pestes en mi cuadernito. Escribir en tinta negra que me siento sola y que tampoco tengo ganas de ninguna compañía; que me debo estar marchitando por dentro porque ni siquiera tengo ganas de llorar, que no lloro desde hace, no sé, mucho tiempo; que mi idea de vacaciones es una bomba atómica que desaparece a la humanidad entera, menos a mí, claro -bueno, capaz que estaría bueno que se quedara Dedé también-; probablemente surja algo de El Innombrable -porque cada vez que me siento para el carajo, automáticamente lo asocio con él-, de cómo se convirtió en un auténtico pelotudo, dejándome sola, sin nadie con quien tener charlas interesantes.

Por lo pronto, me limito a no tener control sobre mi conducta. A rechazar propuestas que en otro momento me habrían parecido fascinantes, a mirar con cara de ojete a cualquiera que se cruce en mi camino y a querer tatuarme entera.

3 comentarios:

Cel dijo...

ger: ya se me pasó. ni yo entiendo a mis hormonas.

Ale dijo...

Ya se te paso? Cuanto te duro?

Cel dijo...

Ale: ni idea cuánto duró, pero me di cuenta que estaba todo bien después de teñirme, bañarme y ponerme pijama con olor a limpio.