domingo, febrero 07, 2010

Recién a los 27 años me le animo a esto de la depilación en solitario. 27 años. 13 años de someterme a mujeres de las más diversas nacionalidades en esto de la extracción del vello. O entregarle mi cuerpo a mi hermana -que si no llega a encontrar su vocación, podría dedicarse a estos menesteres, sin duda alguna-. O a alguna amiga.
Lo que es ser pobre, eh.
Mentira, ayer estaba tan para abajo, tan descompuesta de desesperanza que me vine directo de la librería para casa y dejé plantada a Tamara, la ucraniana de tirón perfecto.
Hoy al mediodía me di cuenta de que el probable encuentro cercano se me venía encima y decidí tomar cartas en el asunto.
Me ahorré cuarenta mangos y dejé la cera calentando a baño maría.

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