miércoles, febrero 24, 2010

Y mientras Sol me contaba de su semana post-ruptura, de cómo no pudo parar de llorar en dos días y acerca de cuánto dolor sentía por haberse separado del amor de su vida, yo me encontré diciéndole que eso del amor de la vida está mal encarado. Que todos pensamos que el amor de la vida es una persona, un otro, le decía. Que si sos una tarada de las que toman daiquiris vas a llamarlo "esa personita especial"; a mí cuando alguien me habla de otra persona y se refiere a ella como "personita especial" me imagino a Corky, la fuerza del cariño, qué quieren que les diga. Pero que bueno, que al final todos terminamos pensando que el amor de la vida es un sujeto que no somos nosotros, que es una bisagra, que marca un antes y un después; pero que no, que el amor de la vida es justamente eso, el amor que uno tiene, que a veces lo comparte con felicidad, otras se vé rechazado por la contraparte y que algunas (cof cof) se lo guarda en un cajón hasta que el clima despeje un poco. Entonces, basta de "el amor de mi vida" porque está siempre ahí, no se agota, a lo sumo se esconde por una temporada. Eso le dije, palabras más palabras menos.
Y Sol sonrío, y quedó re contenta con mi insight.
Y yo también sonreí, hasta que me di cuenta de que no puedo ser tan hipócrita. No tengo derecho a hablar del amor de la vida, ni de ningún tipo de amor.
De todos modos, goal accomplished, Sol se quedó contenta, y yo me vine a mi casa a ver Chasing Amy por millonésima vez.

2 comentarios:

Ale dijo...

Decir "personita especial" es de Corky.

Cel dijo...

Eso mismo decía. Lo que nunca entendí es por qué la gente se copaba con Corky. Bah, ¿la gente se copaba con Corky?