lunes, enero 11, 2010

- ¿Qué pasó, bebé?
- ¿Bebé? ¿Ahora decís "bebé?
- Digo lo que me salió, son las cuatro de la mañana, me mandás un mensaje preguntando si podés llamar y cuando atiendo te quejás de que te digo "bebé"... Te lo dije cariñosamente, taradita.
- Bueno, taradito.
- A ver... ¿qué pasó? ¿algún boludo que te cogías te dejó de llamar? ¿una de tus amigas está casi inconsciente tirada en tu cama y me llamás para que las enfieste?
- No...
- Se está quemando tu casa y siempre pensaste que debería ser bombero, por mi porte y porque te recontra caben los flacos en uniforme...
- Esa podría ser, pero no.
- ¿Entonces?
- No, nada... quería saber cómo andabas.
- Ah, no. No te lo permito. Acá, con sinceridad, chiquita. Nadie llama a nadie a las cuatro de la matina de un domingo para ver cómo anda.
- Vos lo has hecho.
- Porque estaba caliente y quería ver si te prendías con un phonesex.
- Ehmm...
- Haber empezado por ahí...
- Bueno... me daba cosa decirlo así nomás.
- Qué tonta. Soy yo...
- Por eso, porque sos vos llamé.
- Che, y decime una cosa ¿estás tirada en la cama?

Esto se llama adaptabilidad. También se llama de otras maneras, pero no importa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

esto es como si me hubieran obligado a tragar una mierda y la hubiera vomitado con sangre y más mierda

ene dijo...

Been there, done that!

Amarula dijo...

La masturbación con el tubo. Ayer hablaba que las barbies en la preadolescencia fueron objetos casi consoladores, en el sentido de masturbatorios,para mí, porque jugué hasta los 13 años con ellas. Y lo hablaba con el único -casualmente- que a las 4 de la mañana llamaba para coger a través de Alexander Graham Bell. Fueron buenas épocas, de ser sincera. Ahora me resulta bizarro verlo sentado al lado de mi mejor amiga haciendo de su novio en una mesa de bar en Boedo (mi barrio). Todo mientras tomamos cerveza y se pone inquisidor con el tema de las barbies, delante del oído de ella, preguntando si me sigo masturbando ahora que ya estoy seria, y enamorada y tengo con quien garchar a 150 pesos la dormida. Con tono cínico y esperando que responda algo que le de más pie a la charla. La miro a ella y a los ojos siempre desorbitados del muchacho de cachetes chupados. "No necesito de las barbies, tenés razón.- le dije- Ahora ME masturban -continúe- sin pedirlo, y sí, es mucho más rico que hacerlo sola."
Antes de que se largue la tormenta, los despedís. Ella te regala un libro que esperabas tenerlo hace tiempo, casi pidiendo perdón por ser tan buena amiga. Y él, no confiesa fue él mismo quien le dijo cual era el libro que debía comprarte. No lo hace porque fue en alguna llamada, mientras él amenazaba hacerte bien grande la "vulva" con su enorme "barbie" cuando le dijiste que querías leer QUEREMOS TANTO A GLENDA.

Después de tomar este espacio y hacer un capítulo de "Queremos tanto a Marula", te digo...comprate una barbie y sus accesorios. Por momentos es mejor que sexphone con un psicópata.

Cel dijo...

ene, je... está bueno tener a alguien para estos casos. onda, en caso de emergencia, rompa el vidrio.

Marula, Amé, AMÉ, este capítulo de Queremos tanto a Marula. Los vi ahí, te juro que los vi.
150 mangos un pernocte? wow... voy a alquilar el cuartito de arriba de casa, me parece.